Si hay algo que pase el tiempo que pase siempre ha conseguido que escribiese ha sido la música. Esta entrada es toda una oda a ella y al estado inspirado que consigo con ella.
El pasado jueves tuve una tarde libre para hacer lo que me apeteciese. Debería haberme puesto a estudiar, pero me vi con tiempo de sobra, con cansancio mental como para centarme en el temario y con ganas, muchas ganas de escribir. Estaba en ese momento a menos de seis mil palabras de terminar lo que es el reto oficial del NaNo, esto es, las cincuenta mil palabras. Y gracias a este hilo de Loreto en Twitter me decidí a ponerme en modo aleatorio saltando de canción en canción mientras escribía.
Desde que empecé a juntar letras en la adolescencia que esta costumbre de escribir con música de fondo me ha ido acompañando. Siempre variada, siempre lo que me apeteciese. Pero en cualquier caso, fuese el estilo que fuese, me dejaba llevar por el ritmo, la letra o lo que provocase en conjunto en mí. Lo que me evocara en ese momento. Unos auriculares, una primera escucha para situarme, una segunda para concentrarme y a escribir.
Esto no ha ido variando con los años. Y esa tarde que digo, que estaba tan cerca de conseguir el récord propio que iba a conseguir, que me había dicho que seis mil palabras se podían hacer y me iba a superar a mí misma e iba a escribir todo lo que tuviese que soltar, volví brevemente a mi adolescencia. Volví a conectar los auriculares. Volví a dejarme llevar por la música, por el conjunto de sus sensaciones e impresiones. Volví a verme entonces y me vi ahora, donde estoy.
Volví a escribir como hacía entonces, con la diferencia de los años, de la experiencia y de que entonces diez mil palabras me parecían un mundo y a día de hoy, presente, estoy firmado cincuenta mil en veintiún días, y siguiendo.
Porque este ha sido mi NaNo de récord en todos los sentidos. He pasado de no escribir nada y estar bloqueada a darle una patada a mi impostor, mandarlo a paseo y remangarme día tras día delante del portátil para escribir sin parar, no dejar de hacerlo. Me he dado el gustazo de hacer el NaNo que necesitaba hacer para romper con mi bloqueo escritor, he reconectado con mis ideas y he podido escribir cuando me ha salido, cuanto ha ido surgiendo. Qué placer más enorme ver que los dedos volaban sobre el teclado un día tras otro. Y en todo esto la música ha ayudado a que entrara en un estado de concentración que ha hecho todo más fácil, más fluido. El último día de reto como tal, este veintiuno, cuando escribí esas seis mil palabras del tirón casi, las hice sin parar de conectar canciones, sin parar de conectar con las sensaciones que me provocaban todas ellas y que me hacían no parar ni querer hacerlo.
De todas las ideas que acumulo en el proyecto que me abrí en Scrivener con el primer nombre que se me ocurrió, uno absurdo, uno cualquiera, algunas están en un grado de desarrollo más alto que otras. Todas tienen su peso y su importancia, todas tendrán su trabajo posterior a lo largo de los meses. Esto es solo el comienzo. Estas son las primeras piedras, un borrador lleno de ideas que rebosa, un puñado de reflexiones y tantas cosas que necesitaba soltar, a modo de lastre, para poder seguir que ha sido casi terapéutico. Tanta música solo ha sido un catalizador, algo para ayudarme y hacer que el trámite fuese más sencillo, saliese todo el tirón y sin doler demasiado.
Quedan mil cosas por decir y por escribir, por supuesto. Hay poemas a medias que no han terminado de salir, por ejemplo. Hay proyectos que llevan paseándose tanto tiempo entre mis letras que son ya de la familia y han vuelto a asomarse. Hay otro nuevo que huele a un futuro NaNo (y sí, un año de antelación, ya estoy pensando en el siguiente porque esto es como la droga, aquí se empieza y de aquí no se sale). Hay también cosas por ahí que no sé si servirán como para sacar proyectos de ahí o morirán irremediablemente en el cajón, pero bueno es que hayan salido para verlas y saber si de ahí las ideas se desecharán o no.
No considero que escribir este no-proyecto, este NaNo, haya sido una pérdida de tiempo. Creo que ha sido algo fructífero, unas sesiones de escritura que, junto con la música, me han permitido reconectar con un lado de mí misma que durante meses ha estado silenciado y apagado, como si no existiera, como si hubiera que enterrarlo. Tanto silencio en los meses previos, tantos atascos me han llevado a escribir de forma compulsiva como si me hubiese estado guardando las ganas para llegar hasta aquí y soltarlas todas a la vez, escribiendo sin parar.
Lista completa de canciones:
- While my guitar gently weeps – The Beatles
- Let it be – The Beatles
- Yesterday – The Beatles
- Don’t let me down – The Beatles
- Livin’ on a prayer – Bon Jovi
- Enter Sandman – Metallica
- Crawling – Linkin Park
- Sonne – Rammstein
- Stripped – Rammstein
- Deutschland – Rammstein
- Sound of The Shire – BSO El Señor de los Anillos
- Light of the Seven – BSO Juego de Tronos
- The North remembers – BSO Juego de Tronos
- Fear of the dark – Iron Maiden
- War pigs – Black Sabbath
- You shook me all night long – AC/DC