Ha sido complicado escribir esta entrada. Más o menos me esperaba o aprobar por los pelos o quedarme a las puertas. Pero lo que ha pasado en general me ha dejado bastante chafada.
El resultado final del EIR
Ahora que ya salieron las notas provisionales puedo confirmar que es la sexta vez que me presento, la sexta vez que apruebo el EIR y la sexta vez que me quedo ahí, cerca, sin conseguirlo.
Por un lado estoy orgullosa del resultado conseguido porque no he podido dedicarle más tiempo al estudio. Sigo convencida de que si hubiese podido estudiar más hubiera sacado plaza. Pero las circunstancias eran las que eran e hice lo que pude y como pude. Teniendo en cuenta todo eso siento que di lo mejor de mí y de ahí el resultado que obtuve.
El baremo académico
Si bien es verdad que estoy contenta por hasta dónde llegué con mi esfuerzo, por otra parte había algo que no me cuadraba. Por los resultados que tenía corrigiendo en las plataformas de las academias sabía que si me quedaba fuera iba a ser por los pelos, la mil ochocientos o por ahí. No esperaba encontrarme en la lista como la dos mil ciento cuarenta y tres.
En un principio no le eché demasiada cuenta, más bien encajé el golpe como pude, pensando en que ni tan mal. Pero luego, con calma, pasado el shock inicial me di cuenta de algo muy importante: no me habían calculado el expediente académico. En ese apartado tenía un cinco, algo que no concuerda con la realidad.
Y claro, en un examen como es el EIR un cálculo de expediente erróneo pueden ser muchos puestos de diferencia. No sé si los suficientes como para conseguir plaza, pero sí como para intentar pelearlo como si la plaza me fuese en ello.
La odisea de las reclamaciones
Soy diplomada de enfermería, de las últimas promociones. Al ser del plan antiguo de estudios, mis notas están expresadas de forma nominal, no numérica. Y ahí es cuando empiezan los problemas, porque para esta convocatoria pedían las notas con base numérica para calcular el expediente.
Problema primero: mi Escuela de enfermería cerró, así que no puedo ponerme en contacto con ellos para intentar solucionarlo.
Problema segundo: cuando he contactado con la Universidad de Málaga para ver qué puedo hacer la solución ha sido sacar otro certificado exactamente igual al que tengo, porque como soy del plan antiguo, mis notas están calculadas de esa forma.
Problema tercero: cualquier trámite que involucre a la Universidad de Málaga implica hacerlo a distancia. La respuesta de antes la obtuve por teléfono después de insistir dos días.
Problema cuarto: cuando he contactado con el Ministerio de Sanidad para ver qué se puede hacer, para ver qué hago si el año que viene me presento, básicamente han pasado de mí. Podría pegar la respuesta, pero lo que dicen es lo obvio, lo que ya sé, que mi nota no está calculada en base diez. Que qué puedo hacer no lo contestan en ningún momento.
Conclusión de esta sexta edición
He quedado fuera otra vez. He intentado pelear por todas las vías y, de paso, informarme para ver qué puedo hacer de cara a que me presente una séptima vez (si es que lo hago al final) para que no me penalice el hecho de ser diplomada.
Porque desde luego hay una cosa que tengo clara: me siento muy penalizada por ser diplomada. Parto de una desventaja obvia sobre los graduados de enfermería, con su nota sobre diez, y no me parece nada justo ni eso ni el hecho de que no me den solución ni me digan qué puedo hacer para futuras ediciones.
Por eso me siento aún más orgullosa de mi nota, por todo lo que hay detrás. Pero el estado por el que he pasado a lo largo de toda esta semana no se lo deseo a nadie, desde luego.
Leí sobre esta problemática en los periódicos, y me parece una putada con todas las letras, porque si antes se podía hacer una conversión o equivalencia, no veo por qué ahora no. Están condenando a los titulados del plan antiguo a correr a la pata coja y no es justo. Espero que rectifiquen. (Que se les haga rectificar, claro, porque ellos por sí mismos, lo dudo)
En fin, mucho ánimo, reina.
Yo ya no sé qué más hacer, de verdad. He contactado con todo el que he podido y básicamente se han tirado balones fuera. La sensación de que estoy «castigada» y parto en desventaja por el simple hecho de ser de otro plan de estudios es muy frustrante. Más cuando ni siquiera es algo que pudiese controlar yo, estudié cuando me tocó y con el plan que había.
Gracias por los ánimos y el comentario. Un abrazo.