Verano y estudio, en principio, parecen dos términos incompatibles. Pero es posible hacerlos compatibles, palabrita.
El esfuerzo de estudiar en verano
Hace ya bastante tiempo, cuando todavía preparaba el EIR, hice ya un artículo por aquí cargadito de consejos sobre estudiar en verano. Releyéndolo para prepara el de hoy siento que no ha perdido ni un ápice de vigencia, que es atemporal y sigue sirviendo perfectamente hoy. Son consejos sencillos y prácticos que os recomiendo tener en cuenta.
Porque estudiar en verano supone mayor esfuerzo que hacerlo en cualquier otra época del año. Además de lo evidente, de las vacaciones (quienes las tengamos) y de los planes que salen por todas partes, el calor es un ingrediente más en la ecuación imposible de despreciar. Especialmente con las olas de calor que estamos sufriendo, nos puede dejar sin fuerzas, sin concentración, durmiendo mal.
Así que estudiar en verano no es solo luchar con la fuerza de voluntad, también a veces puede ser una lucha más física por las condiciones ambientales. Y eso también consume parte de las fuerzas, no solo la de voluntad.
Algunos consejos prácticos para estudiar en verano
No me quiero repetir con lo de la entrada que ya hice en su día. Hoy añado a esa lista algunos consejos que he ido poniendo en práctica para estudiar en verano:
- Aprovecha las horas de menos calor para ponerte. Durante las horas centrales del día suelen ser malos momentos. Con las altas temperaturas solemos estar más adormilados y cansados, con la capacidad de concentración más baja. Esos son momentos ideales para descansar y desconectar, ya sea durmiendo, leyendo, viendo una serie o lo que apetezca en esos momentos.
- Ducha fresca antes y/o después de la sesión de estudio. Refrescarme antes de ponerme hace que esté más cómoda y me ayuda a centrarme. Si me siento «recalentada» no soy capaz de estudiar. Y si hiciese falta, en algún momento, me levanto en plena sesión de estudio y vuelvo a refrescarme los brazos, la cara y la nuca antes de seguir estudiando. Además, si sois nocturnos como yo, esa ducha después de estudiar y antes de dormir hará que descanséis como niños pequeños.
- Hidratación, hidratación, hidratación. Sé que este consejo ya estaba en el listado de la entrada anterior, pero insisto sobre ello. Siempre agua cerca. Mucho líquido.
- El lugar es importante. Siempre que puedo, salvo que caiga fuego del infierno, estudio en verano por las mañanas al aire libre, a la sombra. Me despeja y me ayuda a no distraerme. Por las noches, en mi escritorio y con el ventilador. He ido probando con el tiempo sitios y esto es lo que me funciona ahora. No tengáis miedo de probar y ver dónde sois más productivos. Lo mismo en verano el sitio habitual donde estudiáis el resto del año no os sirve porque os desconcentra por el motivo que sea (más ruido, por ejemplo).
- Sesiones cortas antes que sesiones largas. Desde que probé el método pomodoro lo uso muchísimo en mis sesiones de estudio. Y teniendo en cuenta el tiempo que tengo, el que me dejan los turnos, las horas del día y todo eso encajo las sesiones de pomodoro en mi calendario. Prefiero dedicar veinticinco minutos y luego despejarme antes de seguir a saber que me quedan por delante dos horas de trabajo sin descansos, mi mente lo agradece y no me disperso tanto. Y si veo que por más que lo intente ya no me concentro, hora de pasar a otra cosa, ya volveré más adelante al estudio.
- Realismo en la planificación. ¿De qué me sirve apuntarme en el calendario que hoy estudiaré cincuenta páginas si sé que no voy a tener tiempo más que para veinte? Últimamente el calendario que me imprimí y me metí en la carpeta de anillas donde tengo los apuntes lo escribo con un boli borrable. Así puedo ir cambiando la planificación sobre la marcha, según vea los turnos, mi propio cansancio o lo que surja. No quiero fustigarme durante el proceso de estudio.
- Una meta clara. Como aún no hay fecha de examen todo está en el aire. Mi única forma de tener claro que tengo que ponerme sí o sí es hacer como que la fecha se acerca. Marcarme una fecha límite en la cual tengo que tener la segunda vuelta terminada. Tenerla clara me ayuda a no dispersarme y a que, cuando reestructuro la planificación, no se me vaya de las manos.
Estas son solo algunas cosas que tengo en cuenta cuando preparo mis sesiones de estudio y me siento a ello. Espero que os sean útiles.
No os derritáis mucho durante el proceso.