Hoy venimos a hablar de números y sensaciones. Sobre lo que ha supuesto este año el reto de escritura del NaNoWriMo para mí.
El secreto de la escritura diaria
Ha sido el año que menos me esperaba conseguir el reto desde el año de la OPE. Tirarse al vacío de escribir cincuenta mil palabras sin haber planificado nada es una locura máxima que no recomiendo en absoluto. Que yo lo haya hecho solo significa que me da igual todo y que me va la marcha, pero desde luego que no lo recomiendo. Se puede hacer muy cuesta arriba y la presión puede ser muy intensa.
Mi pequeño secreto ha sido que cada día, al terminar la sesión de escritura, yo ya me apuntaba un pequeño hilo del que tirar: el tema que quería desarrollar al día siguiente. Una línea, cuatro palabras, un recordatorio (por ejemplo, escribir entrada de lecturas). Algo sencillo y que me permitiese luego tener una guía a partir de la cual tirar. Gracias a eso, sentarme cada día a sacar mi puñadito de palabras no se hacía tan cuesta arriba. Solo tenía que leer eso, ordenar un poquito la cabeza y ya iba saliendo todo.
Los días que no he tenido nada pensado son los días que más me han costado, con diferencia. Esos y los puntos de inflexión del reto, los he ido notando todos uno a uno.
Números de este NaNoWriMo
Estoy contenta. He conseguido llegar a las 52401 palabras. Y, encima, he ido cumpliendo las metas en mi media.
Por suerte para mí, el cierre de la web del reto en su día no me afectó con respecto a los datos. Conservo un cuaderno con un calendario mensual en el que tengo los números del reto desde 2021. Gracias a eso sé en qué fechas suelo conseguir las distintas metas (cinco mil palabras, diez mil…) y por eso sé que este año he ido en torno a mi media habitual de estos años atrás:
- Cinco mil el día 3 de noviembre
- Diez mil el día 5 de noviembre
- Quince mil el día 8 de noviembre
- Veinte mil el día 10 de noviembre
- Veinticinco mil el día 12 de noviembre
- Treinta mil el día 15 de noviembre
- Treinta y cinco mil el día 17 de noviembre (este día sí que me adelanté un día a mi media habitual)
- Cuarenta mil el día 19 de noviembre (tremenda sesión de escritura para alcanzarlo)
- Cuarenta y cinco mil el día 23 de noviembre
- Cincuenta mil el día 24 de noviembre (otra tremenda sesión de escritura ese día)

No todos los días han sido buenos. Han habido días que ha costado más escribir que otros, días en los que el cansancio ha pesado. Gracias a la disciplina de mi rutina diaria los he podido sortear mejor. Y también han habido días muy ocupados, por trabajo y otros temas, y de ahí que me viniese tan bien el colchón de palabras de días anteriores. Quizás por eso he acelerado más con el contador de palabras en los primeros días del mes, porque sabía lo que me esperaba más adelante.
Qué he escrito a lo largo del NaNoWriMo
No ha estado mal. Y encima el reto me ha venido de perlas para este blog. Lo más que he escrito han sido entradas, tanto presentes como futuras. He desarrollado temas que iré subiendo a lo largo de las próximas semanas. He sacado adelante un calendario editorial que me motiva muchísimo escribir y más no le puedo pedir a la vida, que este 2026 cumple diez años de vida este sitio web.
Eso ha sido lo principal, pero han habido otros textos más por ahí, poemas, muchos ratos de cuaderno escritos a toda prisa mientras leía, reflexiones varias y alguna que otra ruta que me muero por hacer. Todo sobre o alrededor de la inspiración. Ah, y una chuleta-resumen de patologías que me vendrá muy bien para la consulta y que por supuesto que he añadido al contador de palabras.
Dedicar el grueso del mes al blog me supone una liberación con respecto al resto del año. Es un trabajo largo de hacer, pero gracias a esto las futuras publicaciones tendrán más oxígeno. Ya lo siento al escribirlas. Así que estoy muy contenta con los resultados de este NaNoWriMo 2025.
El próximo año, eso sí, espero que me pille con todo más pensado. Será siempre más fácil.
