Como ya os comenté en la entrada anterior sobre el NaNo, la del pasado 3 de octubre, me apunto de cabeza a este reto literario. En dicho post, además, os expliqué (para los que no lo supierais) de qué va y comenté que este año iba a participar sí o sí. Hoy os contaré un poco por qué.
Por qué participaré en el NaNoWriMo si estudio y trabajo
Creo que esta es la pregunta del millón. Este año es la primera vez que durante noviembre estaré en principio trabajando todo el mes y sigo con el estudio del EIR, por lo que el tiempo que podré dedicarle a esto de escribir de forma intensiva será mucho menor del que tuve el año pasado, por ejemplo. Es por eso por lo que la idea de no participar estuvo algún tiempo planeando en el horizonte: necesito centrarme con el estudio y ya de por sí no tengo todo el tiempo que quisiera para dedicarle.
Pero por otro lado llevo todo el verano trabajando, como hacía años que no hacía, en el guión de una historia. Hace mucho tiempo que ninguna idea me llegaba como para dedicarle tiempo a ella. Hace aún más todavía que no me emocionaba con una posible historia, que no ardía en ganas de sentarme a escribirla, que no paraba de anotar ideas para desarrollar a lo largo de los diversos capítulos que pienso que tendrá esto.
Con todos esos ingredientes era demasiado tentador dedicarle noviembre a la escritura. Necesito, además, hacerlo para que mi vida no sea tan monótona y aburrida, no solo trabajo-estudio-dormir. De normal ya escribo a diario, ya voy llenando páginas con otras cosas, no me importa hacerlo con un objetivo en mente. Más cuando esta meta me ilusiona y me dan ganas de seguir adelante.
Lo que me importa de este NaNo no es la meta, no quiero agobiarme con ella. Lo que quiero es aprovechar el tiempo y escribir mi historia, aprovechar el empuje que da el reto para hacerlo, nada más.
Qué espero conseguir con el NaNo de este año
No sé si me dará la vida como para escribir a diario a un ritmo alto. Es probable que algún día me encuentre tan saturada que dedique ese día a teclear cualquier otra cosa que no tenga nada que ver o, incluso, «pinche» y no escriba nada. El cansancio va a ser importante y es algo que ya asumo de antemano.
Sabiendo esto, tengo muy claro qué es lo que quiero conseguir este noviembre: escribir, seguir manteniendo la rutina y aprovecharla para teclear la historia a la que tantas vueltas le estoy dando.
El tema de contadores de palabras es muy secundario para mí este año. Si lo consigo, pues bien, y si no, sin agobios. Mi meta no es sumar por sumar, es tener un borrador terminado, acabar este proceso que empecé hace unos meses y que no repose eternamente en el cajón de los proyectos que nunca llegaron más allá de la planificación.
¿Y vosotros? ¿Os planteáis participar también? Por si acaso os dejo esta entrada del blog Luna Antigua, por si os es útil. Por cierto, feliz día de las escritoras. No dejéis de celebrarlo como se merecen, leyéndolas.