Día 14 de NaNoWriMo:
- Palabras: 29079/50000
- Horario de escritura: por la mañana después de desayunar, después de merendar.
El calor me derrite la neurona y me quita las ganas de todo. Así lleva siendo desde que empezaran las altas temperaturas en junio y así sigue siendo a estas alturas del año, mediados de noviembre. Aprovecho, entonces, estas horas más tempranas porque sé que luego me costará muchísimo más tratar de hacer cualquier cosa, llámese escribir o pasear.
Al inicio de la sesión de escritura me encuentro a tres mil palabras de llegar a las treinta mil. El ritmo de este año está siendo increíble, a ratos casi ni me lo creo. Me está cundiendo escribir más de lo que esperaba, teniendo en cuenta lo muchísimo que me cuestan otras cosas, como leer. No me concentro igual. Poder avanzar un reto tan exigente como este de esa manera es algo por lo que quiero felicitarme cada día cuando llego a la meta, a ese mínimo de palabras diarias que supero con más o menos esfuerzo.
Para la segunda parte de escritura, la sesión de la tarde, ya he descansado un poco. Otro de los efectos del calor es que duermo más, mucho más, y me paso el día más agotada de todo en general. Pero después de la siesta y de la merienda me encuentro lo suficientemente bien como para terminar lo empezado por la mañana (una de las futuras entradas de diciembre). Fluyo mejor que por la mañana, siendo sincera, y gracias a eso puedo acabar la sesión de escritura con 1995 palabras escritas, 29079 en total en el reto.
Al final me quedo a 921 palabras de las treinta mil. Ha merecido la pena.
Por cierto, escribir últimamente implica notar cada vez más a Bebé moviéndose dentro mientras tecleo. Cada vez se le queda más pequeña la barriga y se nota.