Si había algo que necesitaba desde hace mucho tiempo era renovar mi espacio de trabajo en casa.
Antes de nada, os debo una disculpa. Llevo dos semanas muy ausente por aquí debido a muchos motivos: he estado enferma dos veces, me examiné del EIR por medio, he estado también ocupada con unos cursos del Colegio de Enfermería sobre vacunación y, sobre todo, he renovado por fin ese rincón propio, mi espacio de trabajo. Lo necesitaba.
Qué tal me fue el EIR
Sinceramente, ha sido un año en el que no he estudiado todo lo que debería. Para este examen hay que dedicarle un tiempo y esfuerzo que en las cinco veces anteriores sí le he dedicado. Esta vez no, he ido muy justa y hubo un momento en el que prioricé hacer lo más imprescindible y preciso y no machacarme por no poder hacer más.
Luego, haciendo el examen, me arrepentí por no dedicarle más horas. He visto exámenes horribles años anteriores y este me pareció un examen bueno. No digo que fuese fácil pero sí que vi que podría haberlo hecho mejor de haber estudiado más, lo vi asequible dentro de su dificultad evidente.
En contra de mi costumbre habitual lo he corregido en una plataforma. Ahora sé que o soy residente por los pelos o me quedo fuera por poco. Me siento orgullosa, a pesar de todo, del examen que hice. Di lo mejor de mí y con eso me quedo, más allá de la incertidumbre.
Pase lo que pase, será mi último intento. Ya en su día me dejé la salud mental por el camino preparando esto, no voy a pasar por lo mismo de nuevo.
Nuevo espacio propio
Llevaba tiempo con ganas de renovar mi rincón de trabajo porque notaba que se me había quedado pequeño. He tardado más de lo que esperaba en conseguirlo, la verdad, porque no tenía muy claro cómo hacerlo: sabía que quería una mesa más grande, eso era todo. Por suerte, señor Marido me ayudó a encontrar una mesa que se adapta al hueco que tenemos en casa y a mi idea inicial para ese espacio. Mi hermano también colaboró, como trabajador de Ikea, dando su visto bueno y solo nos quedó ir a verla en directo para acabar de convencerme. Era perfecta.
Un par de semanas, un par de virus y un EIR después el montaje está terminado y las estanterías laterales redistribuidas. Como las tuvimos que vaciar para moverlas un poco y hacer espacio a la mesa he aprovechado para reordenar todo y hacer purga, de paso.
He ganado en un espacio de trabajo maravilloso que dan ganas de sentarse a diario allí a escribir o estudiar. Más comodidad con el espacio ganado. Siento que por fin tengo ese espacio propio que necesitaba, como si hasta la fecha todo hubiese sido provisional.
III Salón del Autor 360
Este año no he acudido al Salón del Autor, me pillaba fuera por un viaje. Pero viendo los virus que han vuelto a atacarme (sistema inmunitario de mierda el mío) tampoco hubiese hecho mucho este fin de semana.
Es la primera edición que me pierdo desde que se empezó a organizar este evento. El año pasado fui, hecha polvo pero fui, y gracias a ello pude desvirtualizar a Cristina Bou y ver a algunos de los escritores que conocí el año anterior (Antonio, Sofía, Elena). Este año siento habérmelo perdido. Espero que, al menos, haya sido interesante para quienes estuvisteis.
Eso me hace pensar: ¿Se sabe algo del ENDEI de este año? ¿Hay fechas ya? Porque he intentado buscar información al respecto y no encuentro nada en su web ni en su facebook.
En resumen
Ha sido un enero en el que he estado muy perdida, pendiente de muchas cosas mientras los virus han ido desfilando por mi cuerpo uno tras otro. Justo ahora que estreno espacio me apetece hacerlo escribiendo una nueva entrada, un poco resumen de todo, y volviendo por aquí.
Tenía ganas de publicar de nuevo, para ser sinceros. Echaba de menos escribir en esta página mía.
¿Me habéis echado de menos?