Bienvenidos, después de esta pausa, a Plan de cuidados literario. ¿Os gusta el cambio de imagen? La artífice creativa al mando ha sido Linnaea y creo que el resultado no podía ser más bonito. Estoy encantada de cómo ha quedado. Y qué mejor que estrenarlo hablando del reto literario de este noviembre: NaNoWriMo.
Sobre NaNoWriMo 2018
Este año me lancé a la piscina de la escritura del NaNoWrimo muy a lo loco, sin apenas planificar nada. Lo único que tenía, cuando salí del examen de la oposición el pasado 21 de octubre, eran muchas ganas de escribir y desahogarme después de tanto tiempo estudiando. Y luego, para el 31 de octubre, ya fui capaz de llegar no solo con esas ganas, también con un bloqueo enorme que llevaba arrastrando meses y cuatro ideas mal contadas sobre lo que iba a escribir. Esas cuatro ideas, por cierto, era poco más que abrir cada día el documento en Scrivener, crear una hoja por día, poner la fecha y lanzarme a escribir y analizar mis textos. Quería llegar a la raíz de ese bloqueo tan bestia.
Y casi que esa fue mi mejor baza para teclear a lo largo de todo el mes.
Por motivos obvios, esto significa que no es un proyecto que pueda mostrar al público, pero no me importa. Escribir consiste a veces en alimentar el cajón con este tipo de cosas, necesarias para poder seguir avanzando. Y en resumen, de lo que se puede hablar del proyecto en sí, The Rebel Inside, es de la meta a la que llegué (51404 palabras) y de las conclusiones a las que he ido llegando en el proceso de escritura. Interesantes todas ellas.
Qué me ha aportado The Rebel Inside hasta ahora
De esa primera improvisación, pura y libre de editores internos, he ido pasando por varios estados mentales y físicos en la escritura, algunos más fructíferos que otros. Felicidad al ver que surgían las palabras sin mucho esfuerzo. Plenitud cuando las piezas encajaban en su sitio tras darle muchas vueltas a varias de ellas. Frustración a ratos cuando quería que algo tuviese sentido y aún no se lo encontraba. Evitar y poner fin a los impulsos de «esto no vale, déjalo ya, pasa a otra cosa», tan innecesarios ellos. Volver a escribir versos. Volver a ser capaz de enlazar ideas. Volver a sentirme creativa.
Son solo algunos de los sentimientos que he ido acumulando durante este mes de escritura tan intensiva e intensa. Y gracias a todo esto y a mucho de todo lo escrito he podido tener, ya de paso, claro con qué es lo que quiero hacer con los proyectos del cajón, incluyendo las ideas que se incorporaron este noviembre.
Algunas conclusiones al respecto son:
- He conseguido darme el lujo del hacer el NaNo que me apetecía y necesitaba. Y no he sido tan consciente de ello cuando lo planificaba, lo fui más conforme lo escribía y llegaba al final del reto. No, no lo he terminado, el borrador lo sigo ampliando aún, a pesar de ser ya diciembre.
- El año pasado hice un NaNo importante para mí, me permitió ser consciente de ciertas ideas. Este año he sido capaz de reconciliarme con ellas y con la historia que arrastran. Gracias a eso he podido anotar algunos núcleos de pensamiento que quiero desarrollar de aquí en adelante, junto con un puñado interesante de lecturas al respecto. Si luego me llevan a algún lado ya se verá.
- He conseguido volver a escribir poesía gracias a la escritura automática este mes. Y gracias también a analizar más en profundidad Lettere, las notas en sí, las ideas que tuve en su día y qué se supone que buscaba transmitir. A partir de ahí, y por esas improvisaciones diarias, he vuelto a ese manuscrito inicial y a lo que de verdad quiero contar. Tener claro por fin qué voy a hacer con el borrador de Lettere, que llevo un año macerando y dejando reposar, es de las mejores cosas que me ha aportado el NaNo de este año.
- He podido reconectar con mis temas y mi forma de escribir gracias a toda esa escritura, a la enorme variedad de temas que he ido analizando estos días.
- Y, por último, he conseguido romper un bloqueo creativo por el camino mientras, de paso, recuperaba una rutina de escritura que echaba ya tanto de menos tener en mi vida.
Más de cincuenta mil palabras después puedo sentirme orgullosa de la media que he conseguido, de lo que he podido hacer como escritora y de lo que tengo como resultado. El objetivo del NaNo es tener un borrador a final de mes y yo tengo ahora mismo uno lleno de ideas por todas partes en las que me impaciento por trabajar cada día y que sigo escribiendo porque sé que aún me quedan cosas que escribir.
¿Qué tal ha ido vuestro NaNo? ¿Y qué os parece la nueva imagen de la web? Estoy deseando leer vuestras opiniones en los comentarios.