El pasado lunes mi querida Mamen dio un taller de escritura basada en la escritura femenina, entendiéndose esta como escritura desde la intimidad escrita por mujeres. Celebramos, así, el día de las escritoras. Y debo decir que desde que fui a ese taller, desde que la escuché, desde que compartí espacio con unas mujeres tan increíbles no paro de darle vueltas a unas cuantas ideas.

Qué cosa más tremenda y potente de taller. Qué comentarios más interesantes, cuántas notas y sugerencias de lecturas anotadas. Hablar de escritura íntima y autoficción me abrió compuertas que ni sabía que tenía cerradas.
Con todo esto, pude anotar en mi cuaderno a lo largo de la semana el eje vertebrador de Llar. Y menudo empujón ha sido eso.
Tengo un núcleo central a partir del cual ir construyendo poco a poco las capas de cebolla, mi forma predilecta de escribir. Desarrollarlo no va a ser fácil. Mis ganas de llenarme y saciarme me ayudarán, lo tengo claro, pero no solo de eso vive la creatividad. También tengo en mente una posible voz, un posible enfoque desde el que escribir. Me estoy esforzando en ver su plausibilidad, ver si me encaja con esa idea central, porque si lo hace va a ser muy interesante de escribir este proyecto. Y retador.
Es curioso, la verdad, un taller más orientado a la escritura de la narrativa de ficción y que yo acabe pensando en poesía y formas de escribirla. Pero me gusta experimentar, siento que mis libros contienen un hilo conductor de fondo que une todos los poemas y aprender sobre autoficción puede llevarme a buscar la forma de experimentar otras maneras de expresarme.
Volveré a los apuntes que nos dio Mamen, a las lecturas y autoras que nombró, a todo lo que ha volcado en este taller. Ya lo hice el mismo día del taller, por la noche, antes de dormir. Sé que esa lectura se va a repetir. Hay ciertos disparadores que están ahí y me activan una chispa creativa que no sé bien de dónde viene pero están haciendo que algo tan abstracto como unas imágenes en apariencia anodinas vayan cogiendo una forma y una envergadura que no tengo muy claro hacia dónde me llevarán, pero estoy dispuesta a averiguarlo.
Va a ser lento y lo pienso disfrutar.