Silencio (parte 5): de cuando apenas sé nada
Y en la mañana fría, tras el último chaparrón y los últimos sorbos de café, aparece sobre la mesa una clara visión. Aparece un nombre.
Y en la mañana fría, tras el último chaparrón y los últimos sorbos de café, aparece sobre la mesa una clara visión. Aparece un nombre.
El paseo, callejeando, me hace pensar en una Málaga dormida, desconocida.
De todas las ideas que bullían en mí he podido por fin encontrarles sentido y organizarlas. Poner un orden para escribirlas y trabajar en ellas. Como si por arte de magia se hubiese esfumado el bloqueo creativo, aunque ha sido un proceso con varios pasos.
Llevo media semana anotando conclusiones a las que llego tras las sesiones de escritura. Mi diario se nutre de ellas y gracias a ellas progreso, una lleva a la siguiente. La cuestión es que hay una frase de entre todas que lleva varios días clavada en mí y ha sido gracias a la cual he llegado a la conclusión de la entrada de esta semana.