Ya hablé por aquí de lo que significa para mí un verano enfermero. Pues bien, lo he empezado por todo lo alto este año: inauguré el mes de julio con un contrato de mes y medio. Me toca vestirme de azul UCI en un hospital de aquí de Valencia. Soy doblemente feliz por ello puesto que, por un lado, es un sitio donde sé que voy a aprender mucho y, además, el hecho de no tener que salir corriendo con la maleta a cuestas dirección a donde tuviesen a bien llamarme ha sido bastante de agradecer. Por fin tocaba pasar unos meses algo más estables, sabiendo que no tendré que irme y pudiendo organizarme.
Porque de eso, de organización del estudio EIR es de lo que vengo a hablar hoy por aquí.
Estudiar y trabajar.
Es una parte más de la rutina veraniega: compaginar el estudio con el trabajo. Obviamente, sin saber dónde iba a estar ni los turnos ni nada no iba a planificar por adelantado nada, pero sí tuve el tino de dejarme para julio y agosto lo más ligero y más sencillo posible. La idea es que en esos días, después de los turnos no iba a estar demasiado disponible como para ponerme a estudiar como cuando estoy en el paro. La realidad es que sé ahora mismo mis horarios y, además de no tener quejas con ellos y que me van a permitir aprovechar bastante bien mi tiempo libre, no se me hará tan espeso el momento de repaso. Podré aprovechar así el tiempo aún más.
Sé que más de uno me dirá que cómo va a hacer eso, si depende de la planificación de una academia y no lo discuto. En ese caso, y teniendo a otros que te marquen el camino, lo mejor que puedes hacer es intentar trocear esas asignaturas para hacerlas más «digeribles», repartirlas según los días y los descansos que tengas. Si tienes un día un turno doble, por ejemplo, ese no te pongas como meta algo que sabes que va a ser imposible cumplir porque te hará sentirte más presionado, puede generarte una ansiedad bastante importante.
Lo más importante es que, hagas lo que hagas, no abandones del todo la rutina de estudio porque luego te costará más recuperarla.
Hay vida más allá del EIR.
Sé que esto, en principio, puede parecer una contradicción con lo anterior, pero me gusta recalcarlo. Existe la vida más allá del estudio y del trabajo. Que sea verano y haya que compaginar ambas cosas no significa que debas encerrarte y que no te dé el sol. De cuando en cuando tocará salir, realizar otras actividades y disfrutar.
Mi experiencia, tras tanto tiempo preparándome este tipo de examen, es que si no desconectas de cuando en cuando y piensas en otras cosas no relacionadas con la enfermería al final termina pasando factura. La mente se satura con más facilidad, el cansancio se acumula y si por un casual el examen luego no te da la plaza (puede pasar, ahí está la probabilidad y hay que tenerla en cuenta) lamentas todo ese estrés acumulado. Si además no es la primera vez que te presentas dicho estrés se puede transformar en ansiedad con una facilidad más que pasmosa, así que mejor dejar al cerebro «oxigenarse» realizando otras actividades.
Sólo tú puedes saber cuándo te viene mejor esos momentos de desconexión. Y si te los das, recuerda que estás descansando para poder seguir con más fuerzas, no te tortures durante ese rato pensando en lo que podrías estar haciendo y no haces.
Resúmenes sí o no.
En todos lados recomiendan que si tienes que hacerte esquemas o resúmenes lo hagas en la primera vuelta al temario para que luego puedas aprovecharlos al máximo en futuros repasos. Si estás ahí, en pleno proceso de terminar la primera vuelta este verano y, además, te has hecho ya en los temas anteriores esos resúmenes y esquemas no dejes de hacerlos ahora. Te pueden llevar más tiempo, pero a la larga seguro que compensa.
Eso sí, resumir no es copiar. Es extraer los datos más importantes para tenerlos a mano. Si al final el resumen te ocupa casi tanto como el tema en sí en realidad tampoco te ayudará mucho: a la larga tendrás que extraer de ahí aún la información vital y te puedes perder en lo secundario en las próximas vueltas.
Por cierto, si no es la primera vez que te presentas y tienes ya este material de otros años aprovéchalo, eso que te ahorras.
A modo de conclusión.
Si trabajáis, aprovechad el tiempo tanto como podáis sin descuidar el tema de los descansos. Si no habéis tenido la suerte de la llamada no os preocupéis: aún queda verano como para que os llamen y, a unas malas, pensad en vuestro futuro objetivo y apuntad a él con todas vuestras fuerzas, que tenéis tiempo de sobra para hacerlo.
Por cierto, para futuras entregas me encantaría recopilar webs y blogs dedicados al EIR, a su estudio o relacionados con la motivación de cara a este examen. Hace tiempo que no conozco ninguno nuevo, he perdido la pista a algunos y me gustaría echar un ojo a los que están funcionando en estos momentos. Si conocéis alguno estoy deseando que me lo dejéis abajo en un comentario o por Twitter, será interesante para todos.
Gracias por vuestras lecturas, como siempre.