A estas alturas, hacer una nueva entrada sobre el NaNo y lo que he escrito me parece muy redundante. Siento que a lo largo de las diversas actualizaciones a lo largo del mes de noviembre ya me he extendido bastante sobre el tema.
Por si alguien se ha perdido alguna de esas entradas, aquí dejo todas las entradas:
En resumen, ha sido un NaNo que no esperaba que fuese tan bueno. He escrito una barbaridad, incluyendo una tarde especialmente productiva en la que me marqué seis mil palabras y llegué a las cincuenta mil, y me llevo un borrador lleno de ideas con las que espero ir trabajando a lo largo de los meses.
Hay vida más allá del NaNo
Que se haya acabado noviembre y, con ello, el NaNo, no significa en absoluto que no se escribe más hasta noviembre del año que viene. Nada de eso.
La idea principal por la que me inscribí al NaNo fue, ni más ni menos, volver a esa rutina de escritura que he tenido anteriormente y había perdido a lo largo de un año de bloqueo. Recordar cómo conseguía sacar tiempo de donde sea para escribir y hacerlo a diario. Intentar conseguir así a encadenar días seguidos de escritura y que me cundiese. Así que si justo ahora, que he escrito tanto, decidiese hacer un parón y dejar de escribir hasta el próximo año estaría haciendo que ese esfuerzo no sirviese de mucho. Porque ni buscaba ni pretendía tener un borrador como tal, el documento está plagado de cosas que sobran, así que tengo que aprovechar que he construido una rutina para no perderla justo ahora.
Cuando digo que hay vida más allá del NaNo me refiero justo a eso: a continuar lo que se empieza en noviembre. Puede ser esa rutina que estaba buscando, pero también puede ser terminar la historia que estuviera escribiendo, si es que no dio tiempo, o corregir el borrador que haya salido, etc. También puede ser descansar, dedicarte a leer y luego, un poco más adelante, cuando el borrador repose lo suficiente en el cajón, corregirlo entonces.
No todo se limita a un solo mes de escritura acelerada. No se puede olvidar que también toca revisar lo escrito, que es casi tan importante o más que ese primer borrador. Sin esas revisiones el texto no va a crecer, no va a madurar.
Así que, en mi caso, esa vida más allá del NaNo va a incluir más escritura, sí, mantener esa rutina, pero también revisión y corrección para poder sacar de lo escrito todo lo que pueda y que tenga un mínimo de calidad. En eso va a consistir mi rutina diaria de escritura. En eso y en, tal vez, escribir el borrador de algún proyecto que se ha ido perfilando en estos días de escritura desatada.