En ocasiones como esta, en que termino un proyecto literario (con todo lo que implica de trabajo mental centrado en él), es cuando miro el calendario editorial y me pregunto por los últimos pasos, el próximo rumbo. El ejercicio de cuaderno y pluma se torna necesario: me falta reflexionar. ¿Hacia dónde orientar las próximas publicaciones? ¿Qué puedo seguir escribiendo? ¿Qué hago ahora?