Se acerca noviembre y, con ello, el NaNoWriMo. Ahora es el momento ideal para prepararse de cara al reto de escribir cincuenta mil palabras en un mes.
Qué se va a escribir
Creo que debería ser la primera pregunta a hacerse cualquiera que quiera participar en el reto. ¿Qué vas a escribir? ¿Por qué y para qué? Las respuestas a estas preguntas pueden ser infinitas y todas son válidas.
Es importante tener claro qué es lo que se va a hacer, aunque sea de forma aproximada, durante el NaNoWriMo. No es lo mismo estar convencida que vas a escribir X novela, ensayo, tesis doctoral o conjunto de relatos, por ejemplo, que apuntarte por apuntarte sin saber qué escribir. Más que nada porque la frustración acabará apareciendo tarde o temprano. Es muy duro enfrentarse a una página en blanco a diario, con una meta alta de palabras a conseguir, sin saber siquiera qué se quiere crear.
¿Que te puedes apuntar al NaNo aunque no sepas ni qué vas a escribir? Por supuesto, pero improvisar cincuenta mil palabras durante un mes sin ningún tipo de hilo conductor se pueden hacer muy cuesta arriba, puede frustrar rápidamente y conseguir que abandones antes de la primera semana.
No tiene ni por qué ser un solo proyecto el que escribas a lo largo de noviembre. Pueden ser también varios relatos, por ejemplo. O terminar algo pendiente y empezar otra cosa. Como digo, las opciones son infinitas y todas válidas. Lo que importa, a mi parecer y con la experiencia de estos años atrás, es tener más o menos claro qué se va escribir esos días porque ayudará, y mucho, a que sea más fácil alcanzar la meta.
Prepara tus bases
Queridas brújulas del mundo: esto no os excluye. Puede que no queráis planificar nada, pero seguro que algo previo necesitaréis.
Si tenéis que investigar sobre algo para vuestro futuro proyecto (por ejemplo, para la profesión de vuestro protagonista), si queréis preparar imágenes o música para que os inspiren, buscar mapas para situar la historia… Lo que sea que os pueda servir a lo largo del proceso, ahora es el momento. Tener ese material de antemano os va a ahorrar más de un quebradero de cabeza y evitará perder más adelante el tiempo necesario para buscarlo.
Y qué deciros a vosotros, queridos mapas míos. Las escaletas os esperan, y ahora es el momento de planificar y guionizar todo cuanto se os ocurra. Así nos evitaremos el disgusto, a mediados de mes, de perdernos sin saber por dónde seguir.
Desde luego, todo ese trabajo hecho antes del inicio del NaNo facilita la vida en muchísimos casos. El «¿y ahora qué?» que surja a mediados del reto se lleva mejor con material del que tirar para seguir adelante.
Soporte en el que trabajar
¿Amantes del papel? ¿Digital hasta el final? Hora de poner a punto el soporte que vayas a utilizar, de actualizar el software que usarás en noviembre o de ir viendo en qué papel te vas a dejar llevar durante el mes.
Prepara tus libretas (papel, grosor, encuadernado o no) y tu material de escritura (bolígrafo, pluma, lápiz, colores que vayas a usar según si es un capítulo u otro…), prueba que todo funcione y esté a punto (si te toca formatear el PC, limpiar un USB para llevar encima, instalar lo que sea…). Tienes tiempo de sobra para arreglar lo que necesites.
Estudia tus circunstancias y lo que mejor se adapte a ti. El día 1 ya te lanzarás a la piscina con tu equipo, el que sea (un ordenador, una tablet, un conjunto de cuadernos, un puñado de folios, todo a la vez…) completamente preparado para no perder ni un minuto.
No te voy a recomendar un soporte u otro porque depende de tantas cosas que podría alargar esta entrada hasta el infinito. Siempre digo que sea lo que te sea más fácil de usar, con lo que estés acostumbrado a trabajar. Son muchas palabras y muchos días, si escribiendo a mano se te va a resentir la muñeca, por ejemplo, no será la mejor idea hacer este reto en papel. Si apenas vas a poder acercarte a un ordenador en el mes, por lo que sea, lo mismo podrías probar a hacerlo a mano. Las circunstancias mandan.
Un lugar donde escribir
Mención aparte, en esto de la preparación, podría hacer sobre el espacio en sí donde crear.
¿Ya has decidido dónde te vas a poner a ello? ¿Va a ser cada día en un sitio distinto? ¿Todos los días a la misma hora y en el mismo lugar? ¿Reúne unas mínimas condiciones de ergonomía con las que se pueda estar un par de horas trabajando sin acabar con la espalda destrozada? ¿Tiene buena luz?
Dónde escribir es una de mis preguntas recurrentes, tanto que escribí incluso una entrada al respecto. La importancia que se le suele dar a esta cuestión suele ser mínima y puede significar la diferencia entre concentrarse profundamente y crear del tirón o hacerlo a trompicones.
Estos días previos son buen momento para darle una vuelta al asunto y poner apunto el sitio que hayas elegido. También puedes experimentar en estos días previos con los espacios, con los que se te ocurran y puedas. Lo mismo descubres que donde quieres ponerte a escribir no es el lugar más cómodo del mundo o que la hora del día en la que habías pensado ponerte a escribir hay mucho ruido y a otras no. Investiga ahora, prueba, y luego irás sobre seguro, sacando más provecho a todo.
Horarios y presiones
Ya, ya lo sé, te pones cuando puedes. No tienes otra hora. Apenas te vas a poder ponerte a escribir, vas a tener que robarle minutos al reloj. No te da la vida. Etc.
Recuerda por qué haces esto. ¿Entregas sin falta en diciembre, por el motivo que sea, lo que vas a escribir? ¿Quieres presentar el texto a un concurso dentro de un plazo? Si tu caso es ese no va a quedar más que organizarte bien, dividir el trabajo en plazos en el tiempo de escritura que tengas y darte caña para llegar.
¿Escribes sin la presión de una fecha en el calendario? Tu caso es el contrario, disfruta el camino. Mejor una línea que ninguna, sí, y atascarse no significa nada, ya habrá otros días en los que puedas avanzar más. Si ese día no te da más que para eso, para esa línea, o para un puñado de palabras, también está bien.
Mantener una rutina diaria de escritura, por mínima que sea, también puede ser complicado en según qué circunstancias. Así que celébrate, celebra tus logros. Eso es muy importante, conseguirá reforzar tu autoestima y tus ganas de continuar lo que has empezado.
Recuerda, en cualquier caso, que el NaNo no deja de ser una maratón, cincuenta mil palabras, no un sprint. No hace falta escribirlas todas en un día y siempre habrá días en los que no fluya y otros en los que recuperes del tirón lo del día anterior y ese. Trabajo constante, es la clave, y si algún día no puedes ya habrá otros en los que puedas.
Bucea en tu rutina diaria y construye lo que puedas dentro de tus circunstancias. Busca tu hueco para escribir y celébrate por cada día que lo consigas. Ayúdate del trabajo previo, todo esto que comento en esta entrada puede conseguir que no te atasques con tanta facilidad y avances mejor.
Queda aún medio mes de octubre. Queda tiempo de sobra, así que ánimo con esa preparación del NaNoWriMo.
Por cierto, feliz día de las escritoras a todas.