¡Por fin soy libre! ¡Por fin puedo volver a mi espacio favorito de internet, mi Plan de cuidados literario!
El examen de la OPE de enfermería
Creo que no he ido más calmada a un examen en muchísimo tiempo.
Confieso que en parte seguro que tiene que ver el hecho de haberme presentado tantas veces al EIR, pero tampoco es que haya sido una persona que me haya puesto excesivamente nerviosa en otros exámenes anteriores. La pachorra es fuerte en mí, qué le vamos a hacer.
En parte seguro que también tiene que ver con que lo peor de nervios y demás lo llevé en su día, con los diversos anuncios de fechas, listados, etc. En el momento en que cogía el calendario por banda y un bolígrafo y empezaba a planificarme sentía que volvía a tener el control de la situación. Y si encima cojo con tiempo el estudio y cumplo lo que me planifico (de estudio, de resúmenes, de repasos) pues ya con eso siento que he hecho todo el trabajo que tenía que hacer para preparar este examen.
Los días previos estaba ya más con ganas de recobrar la libertad y hacer otras cosas que pensando en el examen y los he pasado muy tranquila. El estrés habitual durante los turnos y mis cabreos habituales con ciertas decisiones desde más arriba, pero nada fuera de lo común.
Pero luego llegó la prueba de fuego, el examen en sí. Esperando el metro sí que me puse un poco nerviosa, pero como le dije a mi compañera C. cuando nos vimos en el metro: es que me hubiese puesto igualmente nerviosa si me tocase trabajar por lo que tarda en pasar los domingos a esas horas. Pero llegamos con tiempo, tanto como para pillarnos un café para llevar en un bar cercano y reencontrarnos con las compis de la sala haciendo piña. Ya con el café y la compañía me relajé más, mucho más, entré tranquila y confiada. Peleé todas las preguntas todo lo que pude y salí con la sensación de que, al menos y viendo la dificultad tipo EIR del examen, había dado lo mejor de mí.
Y, por supuesto, después de tremendo momento importante que ha sido el examen qué mejor que celebrar la libertad recién inaugurada con mi Sharping Sis. Nos debíamos un momento para nosotras y nos lo hemos dado.
Por la noche ya fue cuando metí el examen en plataformas y vi que había aprobado. Menuda felicidad, todavía estoy que no me lo creo.
El NaNo-no-NaNo
Pues durante este mes de noviembre también ha pasado otra cosa, y eso que aún no he terminado.
El NaNo-no-NaNo creo que es de esos méritos literarios que merecen celebrarse por lo que implica, más cuando lo he hecho en un año de oposiciones.
El NaNoWriMo, el evento que se supone que iba a dejar de lado, mi NaNo-no-NaNo de este año. Primero fueron notas a mano en el cuaderno, por ordenar la cabeza de ideas que me venían, iban y venían. Luego, cuando vi que tenía controlado lo que quedaba del temario, pasé al portátil. Acabé la tercera vuelta a tiempo. Y a partir de ahí mis dedos volaron por el teclado. Tanto que ahora mismo solo estoy a tres mil palabras de la meta.
Este mes he leído más que otros meses nada más que entre apuntes, tests y simulacros, proyectos que he ido revisando, cuadernos antiguos y las entradas escritas durante todo el año en el blog. Ni sé cuánto ha sido eso, pero mucho, muchísimo, sin parar. Las sesiones de escritura han sido a doble pantalla, por un lado lo que estuviera revisando y por el otro lado Scrivener para ir anotando ciertas cosas que me parecían importantes y a resaltar, lecturas que quiero hacer, las ideas que se me iban ocurriendo sobre cada tema, etc.
También ha sido un mes de lanzarme muchas preguntas, como suele pasarme en noviembre. Más cuando no había planificado nada realmente para este mes de escritura. La idea que tenía para escribir este año la dejé apartada en julio, en cuanto supe la fecha de examen, y hasta que no me vi preparada no me he lanzado realmente a escribir en serio. Sin nada de lo que quería escribir planificado (y lo que quería hacer espero traerlo aquí el año que viene, con más calma y con todo bien atado) lo que ha tocado ha sido reconectar con lo escrito a lo largo de todo este 2022 para pillarle la temperatura a lo que estaba haciendo, recular en según qué cosas (importantísimo eso) y trazar nuevo rumbo de cara al año próximo.
Y escribir sin tener nada, enfrentarme a diario a la hoja en blanco y a lo ya escrito, verme reflejada en la pantalla en según qué casos ha sido duro. Tirarme a la piscina de la manera que lo he hecho, sin saber qué iba a escribir cada día, sabiendo que tenía que recuperar una cantidad monstruosa de palabras (en el momento en que he estado con el contador más bajo estaba a más de diez mil palabras de distancia de la meta que debería llevar ese día) no ha sido fácil.
Es por eso que considero que lo hecho este mes de noviembre no es un NaNoWriMo cualquiera. Ni siquiera lo considero un NaNoRebel como otras veces. Ha sido un análisis profundo diario. Ha sido volcarme en palabras, pensarme, analizar textos y lecturas, preparar material de futuras entradas y mucho trabajo de fondo para futuros proyectos. Ha sido un mes de poner orden a mi caos personal, más caótico que nunca, medio abandonado que tenía todo con la recta final del estudio de la oposición. Y ha sido sanador a unos niveles que cuesta de entender para alguien ajeno a mí, pero lo ha sido.
¿Ha sido este NaNo-no-NaNo, junto con todo el estudio que he hecho durante meses, las tres vueltas al temario completas, lo que ha conseguido que esté cero nerviosa de cara al examen y lo haya hecho tranquila? Quién sabe, pero seguro que ha ayudado.
Nueva temporada de Plan de cuidados literario
Qué de cosas quiero traer por aquí, qué de noticias quiero compartir.
Para empezar, está cada vez más cerca de volver a ser una realidad que podáis volver a leer Catenarias de nuevo. Está ahora mismo todo en fase de preparación, pero si todo va bien en unas semanas puedo anunciarlo a bombo y platillo.
Hay otros eventos literarios que me encantaría traer ya por aquí, pero todavía no tienen fecha fija, así que hasta que no estén pues me seguiré aguantando las ganas.
De todo lo revisado este mes hay nuevo poemario escrito, que está todavía en fase de corrección y muy verde el pobre. Pero ahora que vuelvo a disponer de tiempo tocará corregirlo bien, pulirlo, desbridarlo y prepararlo para enviar a diferentes sitios a ver si tengo suerte con él.
Pero además de todo eso, ya tengo pensadas futuras entradas para este, mi sitio. Cuánto he notado que me faltaba algo por no actualizarlo tanto tiempo, venir aquí cada semana a contaros cosas. Algunos de esos posts serán los clásicos de estas fechas (lecturas, propósitos, ect.), pero tengo muchos otros temas más para traer por aquí.
Bienvenidos, de vuelta, a Plan de cuidados literario. Os había echado de menos.
Me encanta tu NaNo-no-NaNo. Cada vez que veía tu contador subiendo pensaba ‘pero si no iba a hacerlo’. Pero lo has hecho y es todo un logro. Yo he estado como tú a años luz de la cuota diaria (hubo un momento la semana pasada que pensé que no llegaba, pero ayer alcancé las 50 mil palabras y estoy que no me lo creo). Al final, con paciencia, todo sale.
Me alegro muchísimo de que hayas aprobado y espero que tengas tu plaza. Es la mejor noticia de todas. Muchas felicidades y disfruta de tu éxito, te lo mereces.
Espero poder leerte de nuevo cada lunes. Un abrazo enorme.
Valkyria Kára
Es que en un principio era lo planeado, no iba a hacer nada. Pero claro, luego vinieron las circunstancias, que se dieron favorables, y pude escribir y recuperar tiempo perdido. He conseguido hoy mismo llegar a las cincuenta mil palabras. Me siento más que realizada, la verdad. Muchas felicidades por llegar tú también a esa meta.
Gracias por todo y por el comentario. Nos seguimos leyendo, yo aquí en lunes, tú los miércoles. Un abrazo.