Comenzar a narrar la magia. Transcribir lo que lleva tanto tiempo dando vueltas en la cabeza que apenas tiene ya coherencia, de todas las posibles versiones que he escrito mentalmente. Acabar en el cuaderno anotando y que, por fin, negro sobre blanco, la tinta arroje el resultado del esbozo: empieza a tomar forma todo.
Y esta magia no surge de pronto. No era que tuviese que ir buscando el tiempo o el lugar para escribir y milagrosamente todo saldría. No. Nada es casual y menos cuando lo que se tiene en mente lleva tantos, pero tantos meses y tantas páginas rodando de un rincón a otro de la mente, buscando siempre una forma que fuese adecuada. Todos los experimentos realizados hasta ahora han fracasado, aunque considero que eso también es parte de la escritura y el aprendizaje. Todos mis intentos de contener el puñado de ideas que tengo en mente se han vistos paralizados en algún punto porque nunca era el momento. Demasiado ambicioso para mí.
Tengo la corazonada de que esta vez puede que sea diferente. El trabajo previo está siendo concienzudo. Recopilo tantas cosas a lo largo de mis lecturas, tanto de libros como de artículos en internet, que de todos ellos extraigo pequeñas semillas que extiendo en papel. Muchas me han llevado a callejones sin salida, pero tenerlas en cuenta ha sido enriquecedor para saber realmente qué rumbos quería tomar. Otras, parece que me van orientando hacia un camino en concreto. Todavía es pronto para saber si el definitivo, pero al menos tiene sentido. Y trayecto.
Y ahora tengo un pequeño esquema. Sencillo, poca cosa, con algunas anotaciones y más que le faltan. Todavía queda bastante para poder decir que tengo la escaleta de un libro entre manos, pero por algo se empieza. Con estas capas parece que va empezando a formarse realmente la cebolla.
¿Pero cuántas habré desechado por el camino? ¿Cuántos tientos, cuántos intentos, cuántos ensayos y errores? A pesar de lo malo, sentir que estoy en un nuevo punto ahora lo veo como un importante avance. Todavía queda demasiado como para poder dar por seguro nada. Tengo lecturas pendientes aún, artículos por revisar, bibliografía que se me acumula cada vez que profundizo más. Tacho en mi lista cosas, voy tomando notas, pero supongo que en algún momento tendré que dar por concluida la investigación. Supongo que sabré cuándo es eso, e intuyo que será cuando tenga la estructura esbozada por completo. Cuando pueda decir que el libro que palpita debajo de todo este puñado de palabras se manifieste con tal fuerza que no tenga más remedio que escribirlo.
No sé cuánto queda exactamente para eso. Mientras tanto, sigo leyendo y sigo anotando. Por si toca añadir algo más a mis esquemas.