Esta semana es la semana más literaria del año, la semana en la que se celebra el día del libro.
Celebrar el día del libro como autora
Desde hace unos años me propongo siempre celebrar este día por todo lo alto, como lectora y como autora. Es mi manera de celebrar que, a pesar de la dificultad, aquí sigo, creando y rodeada de letras. Este año, además de recordar todo el proceso con mi libro publicado hasta la fecha, con Catenarias, también me celebro: he acabado la primera corrección intensiva de Proyecto CV.
Decir que estoy eufórica sería quedarme corta. Creo que aún precisa una vuelta más, un repaso, pero no va a ser una corrección tan exhaustiva. Lo he disfrutado muchísimo, ha sido intenso y muy gratificante comprobar lo bien que me funciona lo escrito.
Los próximos pasos van a requerir el cultivo de la paciencia y la espera. No me importa, mientras el resultado valga la pena. Preveo más silencio a partir de este momento, menos entradas hablando del libro, pero cuando haya algo que reseñar lo comentaré, por supuesto.
Es por eso por lo que este año pienso celebrar este día. Lo merezco, por haber llegado hasta a este punto con mi escritura y seguir peleando por ella.
Celebrar el día del libro como lectora
Digamos que, de momento, he empezado a celebrar el día por adelantado. No tengo remedio y si al final me reúno con dos grandes lectoras a las que hace tiempo que no veo como mis amigas Sandra y Laura pues al final pasa lo que pasa: que acabo hablando de libros, me pica la curiosidad y, si me voy de ruta de librería con alguna de ellas, pues pico.
Aún así me estoy conteniendo para la Fira del Llibre de Valencia. Sé que iré esta misma semana con mi querida Imma y la peque, que acabaremos repitiendo la estampa del año pasado tomando café y viendo la parte de abajo del carrito de la niña cargada de libros (incluyendo los de las dos y los de la peque, su padre y algún futuro regalo). Tengo una pequeña lista hecha pero me conozco y alguno habrá que me sorprenda, me atrape y se venga conmigo. Esta vez no busco demasiado en concreto más allá de ciertos ensayos (la colección de mini ensayos de Barlin me puede, me atrae como un bichito a la luz), algo de poesía y un par de novedades que me llaman. Tampoco pasaría nada si no me trajese a casa nada de eso, pero me gusta tener más o menos claro qué busco para no perderme.
Y creo que, a modo de resumen, esa va a ser mi celebración del día del libro: disfrutar de tiempo de calidad con los míos, rodeada de palabras y sintiéndome afortunada por seguir escribiendo y no habiéndolo dejado. Ni tan mal.