Sí, la semana pasada, el día 4, había llegado ya a la primera de las grandes metas, las diez mil palabras, y hablé por aquí de lo que supone con barrera psicológica y física para mí. Esta semana llegó otra gran meta, las veinte mil, dos quintas partes del reto, el pasado día 10. Hoy no voy a hablar de barreras ni nada por el estilo, hoy vengo a hablar de otra cosa que me esta rondando en las últimas sesiones de escritura: reencuentros.
Me explico. Durante muchas de las sesiones de escritura que he ido haciendo a lo largo de los días he estado reflexionando largo y tendido sobre algunos temas. Entre esos pensamientos, los proyectos que he ido revisando (algunos más en profundidad que otros por cuestiones de contenidos, trabajo ya avanzado, etc.) y las lecturas (en qué buen momento ha aparecido en mi vida El Silmarillion, por favor) estoy consiguiendo llegar a un estado parecido al de la calma y la paz mental de cuando sabes exactamente qué escribir y no dudas en ni una coma al respecto.
¿Quiere decir esto que tengo un proyecto en mente para continuar? No del todo. Me he encontrado con algo que llevaba dentro durante mucho tiempo y que he ido aplazando, he encontrado alguna respuesta que buscaba y, y desde luego, he pasado de no saber qué seria lo próximo a hacer a tenerlo más que claro. Todo eso me parece ya interesante de sobra teniendo en cuenta el tiempo que llevo con el NaNo y lo que espero conseguir todavía.
Lo que sé es que en diciembre tendré trabajo pendiente.
- Punto número 1 de este NaNo: está siendo más productivo de lo que hubiese supuesto en un principio. Quiero sacar algunas cosas a imprimir para tenerlas presente y trabajar en esas ideas a lo largo de diciembre y posiblemente el próximo año. Que ya se acaba este 2018 y me parece un momento ideal para decidir qué hacer el año que viene a modo de propósito.
- Punto número 2 de este NaNo: también quiero ordenar algunas cosas sueltas que tengo por ahí, recopilarlas y decidirme con cuál de todos comienzo a escribir porque me muero de ganas de hacer algunas búsquedas en profundidad. Tengo nuevos frentes abiertos que piden horas de lectura, notas a borbotones y muchas sesiones de escritura para ordenar ideas, puede que para algún proyecto, aunque todavía es demasiado pronto para hablar del tema.
Por lo pronto no quiero adelantar acontecimientos. Mi meta ahora mismo es seguir con esto del tecleo para lo que queda de NaNo, terminar de analizar las partes que me quedan por escribir y llegar a esas cincuenta mil. Reventar contadores de palabras al ritmo de mis canciones favoritas (y alguna nueva, como esta de Slipknot) está siendo todo un placer que pienso seguir disfrutando mientras dure. Total, eran poderosas las ganas de darme el lujo de un NaNo lleno de sesiones de escrituras intentas, qué menos que disfrutarlo.