Estudiar una oposición y trabajar es una locura, por si no os lo habían dicho. Cuesta sudor y lágrimas llevar el temario al día, se te retrasa el temario, vas con el tiempo justo para recuperarlo y así en bucle. Pero por aquí hemos dicho que queremos conseguir nuestra plaza, ¿cierto? Pues por ella vamos a luchar.
Ir al grano
Esto me lo puedo permitir porque es la quinta vez que me presento, si fuese la primera o la segunda ahora mismo estaría desesperada. Tras tanto tiempo estudiando lo mismo puedo permitirme no hacer una primera lectura de contacto para saber de qué va el tema (lo sé de sobra de tanto leerlo), me ahorro también los resúmenes y esquemas (se me acumulan, sobre todo del año pasado, que me di una buena paliza con ellos).
En lugar de eso, me estoy centrando en repasar, machacar esos conceptos que me cuestan más (todos tenemos algo que se nos resiste o se nos olvida) y en los tests, sobre todo. No dispongo de tanto tiempo como quisiera, así que el poco que tengo hay que aprovecharlo al máximo.
Al menos, gracias a eso, las sesiones de estudio siento que me cunden bastante, que las estoy aprovechando. Supongo que también esa presión por «o lo haces hoy o mañana que doblas no podrás» está ayudando a su modo.
Recuperar tiempo perdido
Es mi asignatura pendiente. Según la semana y el trabajo que tenga puede que se me quede más en el tintero. La semana pasada, por ejemplo, fue una de esas agobiantes y agotadoras a más no poder, con mucho baile de turnos y una carga de trabajo que tuvimos impresionante, por lo que mi planificación tembló entera y fallé más de lo que quisiera.
Para centrarme con esos temas atrasados y poder recuperar el tiempo perdido me centro en los que más se preguntan. Esos pasan a ser mi prioridad a partir de entonces y centro mis esfuerzos en ellos, en trabajarlos y quitármelos de en medio antes de poder seguir con esos otros temas menos preguntados. Por ejemplo, si tengo pendiente Fundamentos y Trauma, prefiero dedicar mi tiempo antes a Fundamentos, debido a su importancia, y ya si eso le daré un vistazo a Trauma más adelante, conforme tenga más tiempo y haya recuperado los temas pendientes.
De momento me está funcionando bien esto y es lo que haré, por ejemplo, esta semana que tengo pendiente más trabajo del que quisiera por esos turnos y ese cansancio que acumulé la semana anterior.
Horarios de estudio
Según los turnos voy variando en los horarios de estudio. Es una locura y cuesta establecer una rutina así, más cuando en una misma semana vas saltando de un turno a otro y doblas.
Echo mucho de menos mis noches de estudio, que es cuando más rindo. No puedo permitírmelas cuando voy de mañana porque entonces apenas dormiría, así que cuando voy de tardes es cuando aprovecho y hago turno de noche de estudio. Rindo entonces el doble que si me pusiese por las mañanas (momento que siempre que me ha costado mucho más estudiar que el resto del día, lo tengo más que comprobado).
Pero bueno, toca adaptarse, sacar horas al día según disponibilidad y aprovecharlas. Y si algún día, por lo que sea, hay mayor cansancio y no se puede, no pasa nada, al día siguiente estudiaré. No soy una máquina y también hay que descansar para poder rendir.
Fuera agobios
En resumen, trato de hacerlo lo mejor posible. Trato de rendir, ir avanzando, no estancarme e ir haciéndolo poco a poco.
Mantengo en raya la ansiedad, los agobios y los pensamientos negativos con algo muy simple: si este año no puede ser, será el siguiente, pero no me pienso dejar la salud mental por el camino. No es una rendición, no es tampoco una capitulación, es simplemente que no quiero añadirme más presión a la que ya llevo a diario. Quiero ser residente, sigo luchando por ello, pero siendo realista con la situación que tengo.
Como digo al principio de la entrada esto me lo puedo permitir porque tengo ya la experiencia de varios años estudiando. No digo que ya lo sepa todo, pero sí he aprendido algo: que si centro mi vida en el EIR en exclusiva y si mi mente solo piensa en eso al final acabo con un agobio de tres pares de narices que termina siendo hasta contraproducente por lo mal que me sienta. Y eso es lo último que me interesa en estos momentos: bloquearme.
Me gusta mucho tu actitud para afrontar la posible continuación de preparación del EIR en próximas convocatorias si esta tampoco cuaja.
Las cosas como son: si no has entrado antes no ha sido por malos resultados, sino por la típica batalla de décimas/centésimas que acaba pasando en el límite de la lista de corte. No lo estás haciendo mal, lo último que podrías hacer ahora sería lo que dices y presionarte tú sola. Así que me suena a fórmula para el éxito y eso es genial.
¡Cuidado con el descanso! No lo descuides, que en tu trabajo hace falta estar despierta no, lo siguiente. ¡Mucho ánimo! 😀
Gracias por el comentario, Adri. Siempre me he quedado más o menos cerca y el año pasado, en concreto, casi a punto (cuestión de 5 aciertos). Descanso, no te preocupes, los sábados suelo dedicarlos a hacer otras cosas y despejarme.
Gracias, de nuevo, por los ánimos. Nos leemos, besos.