En el limbo de los libros que alguna vez existieron descansaba.
Durmió el sueño del reposo tras la tormenta. No era para menos, tocaba barbecho tras la aventura sufrida entre vaivenes de «ahora salgo al mundo, ahora muero, ahora recuperan mis derechos«.
Y en el barbecho de la reflexión sobre su futuro ha permanecido una temporada, coincidiendo con el estudio. Descasando, reposando, esperando su momento. Mientras, fuera, las horas y los días pasaban. Quedaban lejanos los días de pandemia, como una mala pesadilla tras despertar.
Pero este libro había nacido con la fuerte creencia de que debía salir al mundo, que debía volver a ver la luz, que se merecía pelearlo hasta el final.
Y entonces ocurrió el ansiado momento del retorno a la vida.
Con la inestimable ayuda de Elena Cardenal (la misma que, 13 años antes, me inspiró a empezar con los cuadernos) volvió a vestirse de limpio, a tener forma en la maquetación. Volvieron a corregirse las galeradas. Sentí, de nuevo y con enorme placer, sus páginas palpitando entre mis manos.
Esta es la historia de la resurección de un libro de poemas en el que me volqué por completo durante la pandemia. Esta es la historia de Catenarias, mi forma de unirme con vosotros con la palabra.
Lo tenéis de nuevo disponible, ha resucitado en formato tapa blanda y ebook en Amazon. Espero que disfrutéis con su lectura y lo regaléis estas navidades. Como recuerdo de dónde estuvimos entonces para saber hacia dónde vamos ahora.