Este fin de semana ha sido muy intenso. En Selecta Escritura se ha celebrado un taller sobre poesía y reescrituras de la mano de Berta García Faet muy interesante, llamado Glotonas por las moras tempraneras.
A lo largo de la semana me he perdido muchas cosas relacionadas con la poesía que me apetecían mucho: la presentación del último libro de la propia Berta (Corazonada, un libro enorme y lleno de experimentación) y los diversos recitales relacionados con Poes-ència (entre ellos el del jueves al que iba Patricia Crespo y era el que más me llamaba). Pero es lo que tiene el embarazo, especialmente cuando está avanzado, que hay momentos en que el cuerpo no puede más y toca frenar en seco y cuidarse. Y eso he hecho, con la esperanza y las ganas de conseguir llegar al fin de semana más o menos en condiciones.
He tenido suerte y así ha sido, así que por lo menos no me he perdido el taller. Tenía tantas ganas de ir a él que el sábado por la mañana, de camino, no sé quién estaba con más excitación en el cuerpo si servidora hirviendo de ganas de ir o Bebé, que no paraba de moverse ni un segundo. Y es que la última vez que fui a un taller literario fue hace muchísimos años, cuando aún vivía en Málaga, y esta era la primera vez que el taller era de poesía, además.
Lo bueno es que tanta expectativa no ha defraudado. Con una primera parte centrada en la teoría más básica (el sábado) y mucha práctica, especialmente en la segunda parte (domingo, aunque nos llevamos «deberes» a casa del sábado al domingo) creo que ha sido un taller muy interesante sobre las reescrituras y la experimentación. Una vuelta de tuerca más a la poesía que creo que me ha abierto mucho los ojos y me ha dado unas herramientas muy buenas para experimentar y tratar de sacarle más jugo a mi escritura.
Naturalmente, con las horas que hemos estado, es solo una pincelada. Pero no deja de ser interesante eso, la pincelada, y los resultados que han salido de ahí.
Como muestra, un botón: un poema sacado de la combinación y collage de varios poemas escogidos al azar de los que llevamos cada uno a clase. Algo que se aleja de lo que suelo escribir y, a la vez, lo que más me ha gustado de todo lo que he ido escribiendo el fin de semana.
Hay otros que también me han gustado, pero esos me los guardo para mí.
Cosmos engullido a Casa pan pan pan y pan muera el cuerpo que viene salvado el ojo de arriba sin huesos suelta un último latido un deseo: no olvidar nada un aviso: un cielo rojo y blanco el hijo dormido que viene aquel episodio aquel chico
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