De toda la vida he sido siempre «bicho» de Medicina Interna. Es el sitio donde más tiempo hice prácticas, más contratos me han dado, más tiempo de mi vida laboral he pasado y una unidad donde aprendes sí o sí. En mi caso, además, en hospitales comarcales, con la mezcla de pacientes por plantas cerradas y la variedad que eso implica. Como enfermera es un sitio donde me ha gustado mucho trabajar, así que los contratos ahí se me han pasado volando siempre.
Este año, cuando me ofrecieron trabajar en la unidad de recuperación postquirúrgica de un hospital valenciano me entró todo el vértigo del mundo. Salvo trabajo en consultas externas el año pasado no había salido de planta, pero como un reto de este calibre me pareció que merecía la pena intentarlo lo acepté sin pensarlo. Menudo acierto.
Qué hago exactamente.
Al estar en la parte postquirúrgica toda la parte de preparar al paciente, chequeo prequirúrgico, coger vías, medicación previa, etc. no me corresponde hacerla. Lo que hacemos es recibir al paciente recién salido de quirófano, monitorizarlo, toma de constantes cada media hora, administrar medicación (analgésicos sobre todo, pero siempre está todo preparado por si surge alguna urgencia), comprobamos drenajes y que todo vaya bien y esté correcto antes de enviarlo de alta al hospital de día o a planta.
Aunque parezca así explicado que es poca cosa hay bastante carga de trabajo. La inmensa mayoría de lo que recibimos son pacientes de cirugías programadas y son muchos quirófanos funcionando a la vez. Y como son varias especialidades al mismo tiempo eso implica diversas cosas a tener en cuenta en cada paciente según el tipo de cirugía además de un flujo continuo de pacientes entrando y saliendo de la unidad.
Como plus, por si no es suficiente, recibimos también lo que nos llega del quirófano de urgencias. Por lo tanto, aunque no haya quirófanos por las tardes en verano, entre lo que queda de la mañana, lo que se haya alargado y lo que nos llegue estamos muy entretenidos.
Otra cosa que hacemos por las tardes es la parte más administrativa: comprobar los quirófanos del día siguiente, las historias y preparar lo que sea preciso para el prequirúrgico (papeles, tubos de analíticas…).
La experiencia en sí.
No os mentiré: los primeros días iba nerviosa perdida a trabajar, todo esto me parecía un mundo y la libretilla que llevo en el bolsillo la cargué de anotaciones de cómo funcionaba todo. Poco a poco me he ido acostumbrando a la carga de trabajo y la rutina y a día de hoy estoy encantada con la experiencia. Tan a gusto que cuando se me acabe el contrato me va a saber a poco, si por mí fuese ahora mismo firmaba renovar para seguir allí una larga temporada.
He tenido mucha suerte y no he parado de repetírmelo a lo largo de todo el mes de julio. Mis compañeros, tanto las enfermeras y auxiliares veteranas como los contratos de verano como yo han sido los más apañados del mundo. Además, los horarios y turnos ayudaban también a que esté tan cómoda ahí. Pero sobre todo ese factor humano es el que más pesa. Me ha dado pena despedirme de los que ya se han ido de vacaciones o de mis compañeros de contrato que se han ido a otras unidades (en dos casos en especial me ha picado, me gustaba el equipo que hacía con ellos).
Se me ha pasado el tiempo volando, este julio ha ido en un suspiro. Aún me queda contrato por delante, pero me va a dar mucha pena terminarlo. Creo que esta experiencia laboral va directa al podio de «sitios donde me he sentido más a gusto ejerciendo como enfermera» sin duda.
Ay, suena muy interesante. Y la verdad que si tratas varias clases de cirugía también aprenderás mucho. ¡Me alegro de que estés tan a gusto!
Y ahora viene una pregunta super tonta… Has escrito que también se atienden quirófanos de Urgencias. Por ello, ¿hacéis también noches? Es que estoy pensando en las clásicas apendicitis o cirugías varias que vienen a las dos de la mañana… jajajaja.
¡Muchos besos y a seguir disfrutando y aprendiendo!
No, noches no hacemos. Hay otra unidad que se encarga de esos quirófanos en turnos de noche. Los cardíacos también tienen su propia unidad de recuperación, a nosotros tampoco nos llegan.
Besos, nos leemos.