La pausa se hizo realidad. Desde el punto y final solo me pregunto si no fue un momento abrupto cuando lo hice, si no debería haber estado escribiendo un poco más, tratando de captar aún más lo extraño de estos días. Pero a saber cuándo se acabará esta pandemia. Lo único seguro es la tranquilidad de cuando terminé, de cuando supe seguro que ya no quedaba más por decir.
Y ahora, siento el mismo miedo que en su momento tuve a escribir todo lo que llevaba dentro. Solo que ahora es un miedo mezclado con respeto, con no tener muy claro si quiero enfrentarme en pleno pico de incidencia a lo que he escrito para corregirlo. Si esperar a hacer el EIR, intercalarlo con el estudio por desconectar o qué hacer. Porque muchos días lo único que siento es un cansancio vital extremo, un agotamiento enorme que me impide tener clara la mente como para hacer nada.
En esas se supone que ando estudiando. Hago lo que puedo.
Pero en algún momento tendré que enfrentarme a lo que significa Nostalgia y a lo que contiene. Sé su potencial, tengo fe en que no me llevará demasiado corregirlo porque el trabajo que hice ya de por sí para escribirlo fue intenso. Tan intenso que acabé llorando en muchos puntos, con un nudo bien fuerte en el pecho. Y creo que eso se transmite en el resultado final.
No es fácil enfrentarse a algo que provoca tantos temblores cuando lo único que me apetece muchas veces es desconectar y no pensar en nada.
No es fácil leer según qué versos y ver el momento exacto en que vinieron a mí o a las personas a las que aludo o tenía en mente cuando los escribí.
No es fácil ver que tampoco se ha quedado desactualizado en ningún momento y que capta a la perfección lo que ha sido y es esta pandemia.
Porque entre los temblores que me recorren cuando me acerco a Nostalgia veo la mezcla perfecta. Veo cuánto he echado y echo de menos, mis personas importantes en la vida, mis apoyos, qué ha sido vivir todo esto. Leo trozos en los que viajo continuamente de un sitio a otro, de un instante a otro. Las impresiones que, incluso, me han dejado grabadas ciertos pacientes. Y con la que está cayendo corregir ahora se antoja en la más difícil de las tareas posibles.
Pero supongo que no lo retrasaré demasiado. Al fin y al cabo, cuanto antes lo corrija, antes podré moverlo. Y si algún proyecto mío ha merecido una oportunidad, tengo claro que es Nostalgia.
Tiemblo de emoción al pensar el largo camino de escritura, todo lo que he tenido que crear, para llegar a este punto. Y me inflamo por dentro por haber conseguido crear este poemario.