¿Qué tal lleváis esa primera semana del reto? Hoy lunes arranca la segunda semana y yo la estreno con un contador, antes de la sesión de escritura del día, de 15212 palabras.
Resumen de la semana
Esta primera semana iba a ser de las más duras del reto y lo sabía. Implicaba madrugar para cuatro turnos de doce horas, y eso significa que solo podría ponerme a escribir a primera hora de la mañana, recién levantada, porque después de trabajar volvería tan cansada que seguramente ni me apetecería acercarme al portátil o al cuaderno.
Y así ha sido. Cuando volvía de trabajar en el hospital, con los turnos que hemos tenido últimamente, lo último que me apetecía era ponerme a escribir. Ahora bien, a primera hora de la mañana era otra cosa. He adelantado el despertador veinte minutos desde mi hora habitual y he conseguido tener por delante casi una hora para escribir cada mañana antes de irme al hospital.
Menuda hora, señores. He fluido, como no pensaba que lo haría, y he escrito a unas velocidades que me sorprende todavía. Pensemos que cada uno de esos cuatro días que he estado madrugando a las seis de la mañana he conseguido en menos de una hora conseguir el mínimo de palabras que requiere el NaNo, esto es, 1667. De hecho, incluso conseguía unas cuantas más.
Y en el resto de días que no tenían esa presión de los turnos han ido también bien. He aprovechado las mañana para escribir con más calma, indagando más en ciertos puntos que me interesaban y haciendo trabajo de fondo, en definitiva, para poder escribir del tirón en días en los que luego no puedo hacer más que tirar hacia delante sin revisar más.
Estoy contenta con lo conseguido.
Lo escrito a lo largo de la semana
¿De qué me serviría a mí escribir por escribir, sin hacer nada más? De absolutamente nada. Podría rellenar un marcador de palabras, por supuesto, pero acabaría harta en cinco días y abandonando por no tener nada más que aportar.
No es el caso. Si bien el guion de lo planificado para estas semanas se ha ido desmoronando desde una primera idea inicial en marzo, he podido salvar los muebles y tener algo mínimo desde donde partir para ir escribiendo cada día. Y gracias a eso estos días he ido escribiendo muy cómoda y teniendo claro que, incluso, podía mantener buen ritmo para el reto porque no me «robaba» demasiado tiempo a otras cosas como el estudio.
A lo largo de esta primera semana he empezado con la primera parte de lo que tenía pensado revisar: los cuadernos. En lo que llevamos de 2021 llevo ya dos terminados y uno a punto. Estos días he estado echando un ojo al material de esos dos primeros cuadernos terminados y llevándome la agradable sorpresa de que tenía ahí apuntado más cosas de valor de las que hubiese imaginado en un momento dado. He podido ir recopilando bastantes notas y dándome cuenta de que lo que pensaba que estaba en el limbo de las ideas, esperando su momento, estaba cada vez más y más asentado entre todo lo escrito del cuaderno.
También he empezado con la revisión de una serie de artículos que había ido guardando a lo largo de los meses con vistas a ir leyéndolos, extraer de ellos ciertos pasajes y añadirlos a la investigación de uno de mis proyectos. Me queda todavía mucho material por revisar, pero en lo que llevo ya visto he podido aprovechar bastante.
Mis planes para esta semana de escritura
Mi idea para esta semana de escritura va a ser seguir con lo planificado. Tengo artículos todavía por analizar, lecturas de este año que quiero repasar y además alguna otra cosa pendiente de escribir estas semanas que iré añadiendo poco a poco, según vaya avanzando.
Al menos tengo claro que a lo largo de los días, y conforme avanzo con el NaNo, empieza todo a cobrar sentido en mi cabeza y los diversos temas que quiero escribir van teniendo sentido.
Si mi objetivo de este mes, además de seguir con mi rutina de escritura diaria, es terminar con mis proyectos más claros que nunca, listos para escribirlos, creo que lo conseguiré. Me da igual llegar a las cincuenta mil o no, me importa más el contenido.
¿Y vosotros? ¿Cómo lleváis el NaNoWriMo este año?