A día de hoy, lunes 13 de junio de 2022, ya tengo una idea para escribir a lo largo del mes de noviembre durante el NaNoWriMo.
Las sesiones de escritura que últimamente estoy teniendo suelen ser muy madrugadoras. Y, como ya descubrí en la época en la que trabajé en la residencia, por la mañana se me da bien escribir. Me concentro mejor, me siento más creativa y me cunde más. Todo lo contrario, por cierto, a mi concentración para estudiar, que es nula o inexistente a esas horas. Lo bonito ha sido descubrir que estas sesiones matutinas me han traído, cómo no, una buena idea sobre la que escribir a lo largo de noviembre.
Quizás podría nombrar un par de disparadores creativos: el hecho de que María Fornet propusiese en su grupo de Telegram lo de hacer un reto de escritura este mes de julio (CampNaNo, después de muchos años sin hacerlo en mi caso), con lo que eso me activa a la hora de pensar qué escribir, y un título para una posible entrada por aquí que luego quedó en nada y que me ha dado tema al que darle vueltas. Debo añadir, también, lo importante que está siendo en cuanto a creatividad se refiere ver a Clementina compartir a diario su proceso de escritura a diario: ambas tan parecidas en cuanto a horarios. Ayuda un poquito más ver a alguien en el mismo punto que tú.
La suma de esos factores es lo que ha dado lugar a que en esas sesiones de escritura a primera hora, café en mano, surja de forma natural el germen de lo que quiero desarrollar a lo largo de noviembre durante el NaNoWriMo.
No tengo mucho más pensado. Solo tengo algún esbozo sobre esta idea, pero me da que puede dar lugar a un buen NaNo si lo planifico con tiempo.
Sin embargo, mi idea es disfrutar estos meses previos sin presiones. Durante este verano me apetece aprovechar los ratos que no esté estudiando para leer, inspirarme, anotar todo lo que se me ocurra y, por supuesto, seguir avanzando con el manuscrito de Silencio, que va a su propio ritmo. Pero todo sin prisas, disfrutando del momento de escribir por el mero hecho de que esté ahí para disfrutarlo. Llevo ya bastante a diario como para meterme más presión encima.
Solo me apetece un verano creativo que dé paso a un otoño aún más creativo que me haga avanzar en mis proyectos literarios. Tengo muchísimas ganas de aprovechar este noviembre escribiendo y ordenando todo lo que tengo en la cabeza.
Obviamente, todo esto será si la OPE quiere con su fecha de examen. O si no me quedo con la neurona frita mientras estudio, claro.