Hacía tanto, pero tanto tiempo, que no iba a ningún encuentro organizado por Valencia Escribe que ya casi ni me acordaba. Encima, como no entro a Facebook, donde son más activos, estoy desconectadísima. Así que cuando vi que iban a hacer un encuentro en Patraix con micro abierto me apunté sin dudarlo.
Patraix es un barrio que he recorrido poco. Aunque he visitado algunos sitios (mi alma flâneuse es lo que tiene, que lo ando todo como las hormiguitas), no conocía La Casa de Patraix, el lugar donde iba a ser el encuentro. Y me llevé una agradable sorpresa, es un lugar muy acogedor y amplio, daba gusto estar ahí.
El ambiente, por cierto, fue maravilloso. Hacía tiempo que no nos veíamos y, aunque no estaban todos los que éramos sí que pude saludar a muchos de los que han estado desde el principio. Muchas caras nuevas también, o al menos nuevas para mí, que llevo tanto tiempo ausente. Y, otra agradable sorpresa, dos conocidas que hacía tiempo que no veía: Ana y Tamara. Con ellas me pasé la tarde y compartí mesa, junto con otra amiga de Ana.
Fuimos bastantes los que nos animamos a leer. Mucho relato, algún que otro microrrelato y unas cuantas que nos atrevimos con la poesía (las que menos, todo hay que decirlo). Para la ocasión escogí dos de los más recientes que tengo, Proyecto CV aparte. Los dejo aquí abajo para que los leáis. Van dedicados a mi hija.
Piel con piel
Eres piel, piel.
Toda suave piel.
Piel hecha de amor.
Piel con piel,
calor,
calor que irradias
y que yo te irradio.
Pieles compartidas,
calor intercambiado.
Te veo,
siento tu tacto,
y solo por esto
ha merecido la pena
todo el viaje.
Seda
Todo cobra sentido contigo.
La luz, por ejemplo,
es una leve caricia en tu piel,
el material más suave que existe.
Espero que hayáis disfrutado la lectura como yo disfruté la tarde del sábado con el encuentro.