Leo mucho, muchísimo, más desde que no estudio oposiciones (aunque haga otros estudios). No podía dejar todos los libros leídos este año en una única entrada, en una única lista. La primera entrega la subí por aquí a finales de junio y hoy, ya tocando casi a la puerta el nuevo año, subo la segunda parte con el resto de lecturas de este año 2025.
17. Escribir sobre uno mismo – Silvia Adela Kohan (25.06.25)
Este libro por poquito no sale en la entrada anterior. Se libró porque cuando la publiqué estaba aún terminándolo.
Creo que no es mal libro de escritura y que puede ser un buen comienzo… Pero a mí se me quedó un poco corto. Quizás por experiencia, quizás porque vi los ejercicios un poco dispersos, no lo sé. El caso es que no me convenció del todo.
18. Una guía sobre el arte de perderse – Rebecca Solnit (09.07.25)
Rebecca Solnit puede escribir lo que quiera, que yo me voy a beber sus libros como un vasito de agua fresca en verano. Y este es un vaso bien refrescante. No al nivel de Wanderlust, ese libro es sublime, pero este es maravilloso. Necesario en mi biblioteca, en mi pensamiento y en todo. Altamente recomendable.
19. La sociedad lectora – María Fornet (15.08.25)
El subidón que me dio esta novela de María no lo puedo transmitir en dos líneas ni en diez. Una de las frases que subrayé me ha venido acompañando en cuadernos y en sesiones de escritura durante semanas. Además de novela entretenida e interesante ha sido pura inspiración como escritora. María, gracias por todo.
20. La casa de Bernarda Alba – Federico García Lorca (22.08.25)
Este agosto me dio por leer teatro de Lorca y empecé por mi obra favorita, La casa de Bernarda Alba. ¿Cómo puede ser tan intensa y perfecta esta obra? No lo sé, pero es maravillosa. Y tampoco sé cuántas veces la he leído durante mi vida, pero siempre se puede leer una vez más.
21. Yerma – Federico García Lorca (24.08.25)
El arte que tenía este hombre para escribir teatro era increíble. Si bien es la que menos me gusta de esta trilogía de obras lorquianas que leí en verano, sigue siendo una pedazo de obra maestra. La fuerza que tiene, es increíble.
22. Bodas de sangre – Federico García Lorca (24.08.25)
Yerma y Bodas de sangre me las leí seguidas, sí. Bendita sea la biblioteca Cervantes virtual por poner clásicos de este calibre a golpe de clic. Menudo gustazo de lecturas clásicas hice.
De verdad, si no habéis leído nada de este hombre la tenéis muy accesible y estas obras son un buen punto de partida a su universo.
23. Telégrafos del Estado – Matilde Serao (27.08.25)
Un librito que me recordó mucho a Tea rooms en cuanto a contar las condiciones de trabajo de las mujeres, en este caso a finales del siglo XIX en la oficina de telégrafos de una ciudad italiana. Como hija de radioaficionado me llamaba esto como una luz a un bichito, tenía que leerlo sí o sí. Se me hizo cortísimo, pero ha sido muy interesante.
24. Jane Austen: las cartas de Chawton (06.09.25)
Muy epistolar estoy yo este año. Ya me he leído un libro de correspondencia de Virginia Woolf así como los diarios de la dama Murasaki y de Virginia Woolf (la selección que se hizo de la parte de su diario que trataba más de escritura) y tocaba este libro, que me llamó desde que lo vi. La portada ya te entra por los ojos, pero encima yo veo que es de Jane Austen y me tiro de cabeza, no lo puedo evitar.
Aquellos que la denostan y la hacen de menos deberían leer más sobre ella. Era bastante ácida y se reía de todos a base de ironías. Me ha gustado mucho este libro.
25. Luces de bohemia – Ramón del Valle-Inclán (16.09.25)
¿Qué se hace si tu vida es un esperpento? Pues leer un esperpento, claro que sí. Y esta obra ha sido de esas que tal y como la lees te quedas un poco sin más, pero conforme pasan los días te deja poso. Menuda ronda se pega el amigo Max Estrella dando vueltas, menudos vaciles los de don Latino de Hispalis para vivir del cuento a costas de su amigo dándose aires por ahí (y eso me ha recordado a algún personaje que conozco), menudos discursos.
El año que más teatro he leído, y menudo teatro ha sido. Por cierto, madrileños, existe La noche de Max Estrella, organizada por el Círculo de Bellas Artes, un recorrido por el recorrido que hizo el personaje en la obra. Ojalá poder ir algún año.
26. El libro del té – Okakura Kakuzo (28.09.25)
Regalo por mi cumpleaños, es un tratado escrito en el siglo XIX explicando la importancia del té para los japoneses y parte del origen de la ceremonia del té. No está mal, pero se me hizo un poco pesado y disperso. Esperaba que le dedicara más a la ceremonia del té en sí y no tanto a irse por las ramas clamando las bondades de cómo se toma el té en Japón sobre el resto de formas de tomar el té, incluyendo la china y la occidental. Entiendo el contexto en que fue escrito, desde luego, pero no me convence como libro.
27. Aguacero en la tarde – Den Sute-jo (12.10.25)
Puestos a leer un buen libro japonés, elijo uno de haikus. Tenía mucha sed de haikus desde hacía una temporada y este libro me la ha calmado. La edición, una belleza de Satori con sus transcripciones en japonés, su lectura y sus comentarios en la traducción. Los poemas, sencillos y cotidianos y bellos. Una haijin que ha sido un gozo de descubrir.
28. La meva cambra més estimada – Luis del Romero Sánchez-Cutillas (19.10.25)
Este libro me lo leí hace unos años, pero me apetecía mucho hacer relectura. Sigue siendo tan inspirador como siempre y me han vuelto a dar ganas de deambular más por Valencia, de leer más, de ampliar mi biblioteca personal. No puedo evitarlo.
Por cierto, excusa como cualquier otra para leer algo en valenciano este año.
29. Un sueño selló mi espíritu – varios autores (27.10.25)
Yo veo una antología de poetas del Romanticismo inglés y tengo que leerla. Encima, la edición es preciosa, cómo me iba a resistir a ella. La he disfrutado mucho y ha sido un gozo volver a leer a Keats después de tanto tiempo, entre otros. Me he reído leyéndo a Byron y cómo ha venido aquí a ser la estrella de todo escribiendo lo que le da la gana.
30. Dar forma a lo cotidiano – Frank Berzbach (30.10.25)
De verdad que cuando leí la sinopsis de este ensayo pensé por un momento que podría ser interesante. Luego resultó que el libro es más denso que un polvorón y me aburrió bastante. Tampoco me aportó nada demasiado reseñable. Lo estuve arrastrando durante meses en la pila de lecturas hasta que finalmente lo acabé, pero vamos, completamente prescindible.
31. Deja de dudar de cada una de tus decisiones – María Fornet (05.11.25)
Yo no sé si sois lectoras habituales de María en su Substack Punto de Inflexión, pero este libro recopila sus mejores artículos sobre toma de decisiones en un ebook. Y sus preguntas y enfoques ayudan, a mí me han venido bien para ver que lo que estoy haciendo lo estoy orientando hacia donde quiero. Ni tan mal entonces.
32. Días inmediatos – Claudia Pérez Domínguez (06.11.25)
Poemario breve, que se lee en un suspiro. Algún verso interesante, algunas imágenes que no están mal, pero se me hizo un poco bluf. Lo mismo es que no soy su público objetivo, puede ser, pero no me convenció.
33. Cuadernística – Cristóbal Polo (11.11.25)
¿Género de este libro? Inclasificable. Aforismos, recortes sobre escritura en cuadernos, rutinas de escritores e inspiración, mucha inspiración. Este librito ha sido de esas lecturas que gustan, que te hacen volver al papel con ganas de más. Ni más ni menos que lo que le pedía, y me lo ha dado de sobra.

Me he leído las dos entradas del tirón, la de la primera mitad del año y esta. Casualidades de la vida, encontré en Málaga la semana pasada el diario de Virginia Woolf y se vino conmigo, por supuesto. De los que has comentado, bueno, yo creo que te voy a poner un pin para cuando no tenga lecturas, porque me parecen todas tremendamente interesantes. ¡Como Cuadernística! ¡Qué libro! Me niego a terminarlo, pero lo haré esta semana, seguramente, para empezar nuevos con el año. Un gran año de lecturas y seguro que vendrán muchas más. ¡Qué maravilla!