En los últimos meses he dicho por aquí, por Twitter y/o Instagram que además de llevar las oposiciones adelante he estado liada con algunos cursos. Éstos los organiza el Colegio de Enfermería, gratuito para afiliados, y aproveché para apuntarme a algunos que me interesaban.
El primero que hice fue uno de urgencias y emergencias muy completo, con prácticas con material (inmovilizaciones, traslados, canalización de vía intraósea…). Durante varios días repasamos conceptos y nos extendimos sobre el paciente politraumatizado. Sólo puedo hablaros maravillas de este curso y recomendarlo mucho porque los dos enfermeros que lo dieron son unos máquinas con mucha experiencia. Se notaba y nos la transmitieron, sin duda.
Hice también un curso de cura de úlceras y heridas crónicas. El profesor es el mismo que el de mi academia, con la que me preparo las oposiciones, y es alguien con bastante experiencia en la cura de este tipo de heridas. También se ha notado en su caso. Nos ha hecho percibir todo el tema de las curas como algo más simple de lo que parece y yo se lo agradezco, que al final es de lo que se trata. No sé por qué cuando estudiamos sobre el tema se nos hace un mundo, supongo que por la cantidad de material que hay en el mercado, ni idea. Otro curso recomendable, aunque se me hizo un pelín más pesado que el anterior. Pero esto lo achaco al cansancio de empalmar trabajo y curso, llevarlo todo adelante.
Os dejo, por cierto, una página muy interesante sobre las úlceras.
El tercer curso que hice este año fue uno de desfibrilación, de la mano de los mismos docentes del curso de urgencias y emergencias. Fue el más cortito, dos días, pero estuvo bastante bien. Un repaso al uso del desfibrilador, a los ritmos y algoritmos de RCP nunca sienta mal al cuerpo.
El último de estos cursos que he hecho, el más reciente además, es uno sobre alimentación saludable que, como le decía a mi madre cuando hablaba con ella por teléfono, es tan interesante que le gustaría hasta a ella, que ni es enfermera ni le gusta nada el mundillo sanitario. Y es que nos han ido desmontando tópico tras tópico entre revisión y revisión de evidencia científica y estudios. Se habló del exceso de azúcar, del etiquetado, los procesados, se nombró a nutricionistas de renombre (como Julio Basulto o Juan Revenga). Además, se nombró hasta la saciedad la figura que ha presidido el curso: el plato de Harvard. Ya os digo que este último recurso lo he utilizado ya en la consulta para dar educación para la salud a mis pacientes. Es tan sencillo de usar y comprender que me encanta.
Viendo la experiencia tan positiva recomiendo mucho los cursos del Colegio y creo que seguiré apuntándmoe a más conforme vayan sacando y me vayan interesando sus temáticas.
Desde luego con esto mi propósito de mejorar como enfermera se va cumpliendo, sin duda.