O cómo llamar al hecho de escribir en estas fechas tan intensas, en plena alarma sanitaria.
Sobre el CampNaNo y el CoronaWriMo
El pasado miércoles uno de abril dio comienzo a un evento literario que es uno de los «hermanos pequeños» del NaNo, el CampNaNo. Este es un reto que consiste en escribir la cantidad de palabras que elijas (no como en el NaNo, que viene ya prefijada) a lo largo del mes de abril o de julio, las dos convocatorias que hay.
La verdad es que llevo tiempo sin participar en ninguno de los CampNaNos organizados desde, por lo menos, hace dos años. He preferido este tiempo darle mayor prioridad al NaNo, mi evento favorito, y dedicarme a escribir el resto del año un poco según me fuese apeteciendo. Pero este año se han unido, por fechas, con esa iniciativa de escritura en cuarentena que llamaron CoronaWriMo por Twitter y de la que ya hablé por aquí.
Al final no siento que esté haciendo ningún reto en sí, aunque hayan coincidido en fechas. No me lo estoy tomando en serio como podría haberlo hecho en otras circunstancias porque no puedo, me limito a fluir cuanto puedo, como puedo y en los términos que vayan surgiendo.
Y sin embargo eso de no presionarme de más está haciendo que escriba más de lo que hubiese imaginado. Porque al final las circunstancias adversas intentan superarme, pero el papel siempre es refugio para esas cosas.
Escritura en cuarentena
Y así es como van creciendo las palabras, cómo las voy podando, cómo van tomando forma y, gracias a ello, puedo empezar a decir con más confianza que un proyecto que pensaba que estaba completamente en pañales, apenas definido, va creciendo poco a poco.
Se me hace casi extraño estar hablando aquí y ahora, de proyectos literarios. Con la que está cayendo. Con la tensión con la que vivimos a diario los sanitarios. Pero está siendo mi refugio particular, especialmente en los días más complicados.
Me ha permitido, poco a poco, ir pasando mejor estas semanas, llenándolas de poesía. Muchas aún en un estado muy inmaduro, otras más crecidas, alguna en todo su apogeo, como la que subí por aquí, Cuarentena. Pero todo lo que va saliendo, incluso lo que jamás vea la luz cuando lo revise más adelante, es importante que lo haga.
Escribir en cuarentena está siendo algo más que juntar palabras sobre el agobio. También está siendo recuerdo, reinicio, revolver raíces, rebuscarme por dentro hasta encontrarme, romperme a ratos, revivir las lágrimas a través de una mascarilla, reajustar los guantes para seguir adelante, recargar la tinta de las plumas y rehacerme sobre el papel día tras día. Incluso los peores, los que más duelen.
Esta escritura en cuarentena se ha convertido en un refugio seguro y este proyecto que está naciendo lo que más me arropa cuando peor me encuentro.