Desde que me quitara de encima el examen de la OPE el pasado 27 de noviembre siento que el cansancio mental acumulado durante mucho tiempo ha ido aflorando y se ha apoderado de mí. Tanto es así que de todo lo que quería hacer a lo más que llego es a avanzar a trompicones y procrastinar.
Lo único que sí que avanzo es la escritura.
El rastro del cansancio
Me da un poco de rabia, para qué negarlo. Quiero llegar a hacer unas pocas cosas relacionadas con la enfermería, cosas a las que dije que sí hace un tiempo y que tengo que entregar (o hacer, en el caso de un curso) y no consigo encontrar momentos para hacerlas. ¿Dónde se ha ido mi tiempo? ¿Dónde está esa concentración que usé durante meses y meses? ¿Qué ha pasado con todas esas horas que, en su momento, empleaba en estudiar, repasar o resumir temas?
Siento como si hubiese hecho una desconexión tan inmensa después del examen que volver ahora a mis ritmos productivos de estudio se me antojara una marcianada, algo completamente ajeno a mí. Y siento, también, que este tiempo de más calma y menos cosas que hacer también lo necesitaba después del esfuerzo mantenido durante estos meses para llegar a hacer lo que hice estudiando.
Es imposible rendir al cien por cien eternamente, ahora me toca recuperarme. Y en esa recuperación y tratar de volver a disfrutar de mis horas libres es en lo que estoy desde entonces.
El foco en lo literario
En el plano de la escritura ocurre todo lo contrario. Me dediqué mientras terminaba de preparar la oposición a escribir durante el NaNo; después de eso estuve ocupada corrigiendo y reescribiendo mi siguiente libro, Silencio. Ese tiempo estuve muy centrada y sigo sintiéndome centrada en la escritura. Supongo que también es el efecto rebote después de tanto tiempo estudiando, poder centrarme de nuevo en algo que me gusta y me llena.
Es por eso por lo que sigo encadenando día tras día de escritura, sumando hasta ahora 284 días seguidos. Me ilusiona pensar en ese nuevo proyecto de escritura en el que me quiero embarcar, en lo que me apetece escribirlo después de tanto tiempo conmigo, en las lecturas que quiero hacer para preparar bien lo que escribiré. Todavía no lo considero libro, pero la semilla está ahí y pide su momento de atención y crecimiento.
En ese aspecto el cansancio no aparece, es como si en esta faceta de mi vida no se manifestara. Como si solo pudiese afectar a mi lado enfermero, la parte que más he desgastado a base de estudiar y estudiar durante tanto tiempo seguido.
Respeto mis tiempos y trabajo en base a ello. No tengo solución mejor. Eso y un buen calendario con el que organizarme y una agenda. Poco a poco, sé que acabaré sacando adelante todo en lo que ando metida últimamente: exposiciones, cursos, revisiones y la escritura, por supuesto.
Creo que ese cansancio es inevitable después de un gran esfuerzo. Ya sabes que para mí eres un auténtico ejemplo de constancia y disciplina y que te admiro mucho por todo lo que haces. Hay momentos en los que toca descansar, recargar las pilas y volver a la carga, con menos cosas que hacer, pero avanzando.
Respecto a lo de la escritura, creo que es tu válvula de escape y que te ayuda a llevar mejor el día a día. Has puesto el foco en algo productivo que te llena y eso es maravilloso. Ojalá sea así siempre.
Espero que ese cansancio se vaya disipando poco a poco y pronto puedas retomar todo lo que se refiere al tema enfermería y puedas sacar adelante esos cursos y proyectos.
Un abrazo,
Valkyria Kára
El esfuerzo ha sido tan grande que me sigue pasando factura, eso está claro y es evidente. Es lo que dices, toca descansar y recargar las pilas antes de seguir, pero se me acumula el trabajo.
Un abrazo, me alegro de volver a leerte.