Este año, por motivos varios, apenas voy a tener tiempo de pasarme por Viveros para disfrutar de la 58 edición de la Fira del Llibre de Valencia. El único día que tenía para ir era el domingo, así que allá que nos fuimos mi Imma y yo a disfrutar de estar rodeada de libros.
Como buen domingo que era, con un tiempo fantástico, estaba Viveros que no cabía un alma cuando empezamos a hacer la ronda habitual entre librerías. Costaba pasar a veces de los tapones de gente que se formaban. Aún así nos las apañamos para ir viendo caseta a caseta, acercándonos a los puestos que más nos interesaban mientras, a la vez, nos íbamos poniendo al día las dos. Saludé a alguna conocida, hice mi visita obligatoria al puesto de la librería Imperio (cómo no acercarme a ver a la bonita de Mamen Monsoriu) y seguimos por ahí paseando.
Y ahí vino la gran casualidad del día. Delante de la caseta de Vinatea Editorial, a la que me acerqué con curiosidad para ver lo que habían llevado a la Fira, me encontré con el editor, Salva Raga. Nos saludamos, que hacía tiempo que no nos veíamos (desde la última presentación a la que fui del libro Mujeres en construcción, a ver si presentamos algún día de estos en Valencia el libro de los 101 relatos de la enfermería). No estaba solo por ahí y, fruto de esta casualidad, pude desvirtuar a Ana Ruiz, una mujer que es una máquina y una coordinadora estupenda en esto de organizar saraos literarios. Tenía muchas ganas de conocerla por fin en directo y mi Imma nos inmortalizó a las dos con nuestros libros.
La verdad es que tuvimos las tres una charla estupenda, de esas que dan ganas de más. Así da gusto.
Tras una comida en la que terminamos de arreglar el mundo volvimos a las andadas a la Fira. Una vuelta rápida y pude encontrar algunos de los libros que llevaba apuntados. Volví a casa con un pequeño botín de libros interesante.
Y creo que, con esto, puedo dar por finiquitada para mí la Fira del Llibre. Aún queda toda una semana entera de actos, firmas y demás, pero entre trabajo y otras cosas sé que seguramente no me va a dar la vida para acercarme. Espero que, al menos, os de tiempo a los que estéis por aquí para disfrutarla.