Llamé al proyecto literario que estoy escribiendo «Nostalgia» por una idea original. Hoy ha adquirido otros matices gracias al inicio del NaNo.
Notas sobre la pandemia: qué tengo y qué no.
Parafraseando un poco el título del libro de Florence Nightingale, hoy toca hablar sobre la cuarentena de principios de año. En ese momento tenía algunas ideas sueltas concretas, alguna cosa que esperaba escribir y que, con el confinamiento y el auge de la pandemia, pasaron a un segundo plano.
O eso pensaba por entonces.
Lo que escribí lo hice en papel. O en notas del móvil. O donde pudiese, en cualquier soporte que tuviese a mano. Pero sin estructura, sin planificación, sin tener nada en mente. Solo el puro desahogo, dejarme llevar. Sabía que en algún momento tenía que recopilar todo eso en un mismo documento y ser así consciente de lo que tengo y lo que no. Pero no sabía cuándo lo haría ni qué saldría realmente de ahí.
Supongo que ha sido en gran parte miedo a revivir según qué cosas mientras lo leía y ponía en orden por lo que lo iba posponiendo, pero el NaNo era la excusa perfecta. No quería dejarlo para más adelante, más cuando esta segunda ola que tenemos encima amenaza con ser muchísimo peor que la anterior.
Fácil no ha sido, porque he vuelto a revivir algunas imágenes y momentos. Pero al menos puedo decir algo seguro: no pensaba que tuviese tanto material. No era consciente de lo mucho que he ido escribiendo poquito a poco, despacio, a ratos cuando no podía más.
Y tampoco he sido consciente de cómo todo eso ha ido entrelazándose con la idea original de Nostalgia.
Diez por ciento del reto
Con todo lo que tengo, con lo que he ido recopilando a lo largo de estos últimos meses, me senté a las 12 de la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre y comencé a escribir. Comencé a pasar al documento de Scrivener lo que tenía. Comencé a teclear rápidamente todo esto para sorprenderme.
En dos sesiones, entre esa de la noche (dos horas en total) y una que hice a la mañana siguiente (hora y media) conseguí recopilar todo lo que tenía. Todo. Más de cinco mil seiscientas palabras. Un diez por ciento del reto. Eso era lo que tenía para empezar a trabajar.
Debo decir que ha sido el mejor arranque del NaNo de mi vida. En mis nueve años como participante me ha pasado de empezar esa misma noche a escribir y hacer, como mucho, dos mil palabras, pero esta cantidad tan enorme justo al inicio, jamás. Y no podía parar de teclear todo lo que tenía para pasar a limpio, era superior a mí. Por más que se me empañara de lágrimas todo en según qué partes, tenía que seguir haciéndolo.
El material en sí
No he corregido nada. Como buena participante del NaNo sé bien que eso ya toca hacerlo a partir del 1 de diciembre. Mi meta era esa, recopilar. Poner en un mismo documento todo lo que tenía para poder trabajarlo más adelante.
Y de ahí ha salido una mezcla muy curiosa. Mucho verso, mucha idea suelta, algo de prosa que ha salido desde lo más profundo. Situaciones que creía olvidadas. Imágenes que me han recordado a personas. Pequeñas obsesiones que se han repetido en diversas partes. Agobio en según qué momentos y con según qué fechas coincidían los textos.
Ese es mi punto de partida para escribir este noviembre. Esas palabras, lo que me evocan, lo que sé que todavía sigue latente bajo la piel, esperando a que lo escriba. Es mucho, más todo lo que va a ir surgiendo con el devenir de los acontecimientos. Pero toca ya que ponga orden en mi día a día y dedique mi tiempo a, entre otras cosas, pensar en papel. Y que surja lo que tenga que surgir.
Nostalgia
En su día Nostalgia nació como un proyecto con otras intenciones y otras ideas. Hoy, con todo esto, está creciendo con un rumbo muy diferente. Más íntimo. Más cercano. Más doloroso. Y, también, con otro nombre muy diferente que, cuando termine el borrador completo, podré comprobar si se ajusta tanto a lo que tengo como en su día el nombre «Nostalgia» lo hacía a lo que quería escribir.
Pero es lo que toca en este momento: ponerle palabras al dolor, al duelo. Y continuar trabajando, por supuesto.
Este noviembre mis dos facetas, la enfermera y la escritora, se abrazan como nunca lo habían hecho. Y pienso hacer de esta unión algo especialmente creativo y único.
¡Qué maravilla! Seguro que va a salir algo muy bueno de ahí.
Yo también estoy escribiendo sobre EL TEMA. Pero lo mío va más por el lado oscuro, los orígenes, el motivo y su finalidad. Por suerte o por desgracia no he visto todavía la cara cercana del virus y tengo la vana esperanza de no llegar a verla de primera mano aunque ahora me he rendido ante la evidencia de que en gran parte nada se puede hacer por mantenernos alejados. Demasiados obstáculos lo impiden, poniendo palos en las ruedas a cada paso que damos.Ni me imagino lo que habéis pasado y volvéis a pasar de nuevo. ¡Ánimo, salud y mucha suerte!
Muchas gracias por el comentario. Es complicado de explicar lo visto desde dentro a veces, pero eso es lo que intento expresar. Espero conseguirlo.
Y claro que será el tema estrella de esta edición, quién más quién menos ha sufrido aunque sea de refilón sus efectos.
Un abrazo, nos leemos.
¡Qué pasada de arranque! Así da gusto empezar el NaNo… ¡Mucho ánimo hasta llegar a las 50000!
Gracias, ánimos para ti también. Ojalá pudiéramos vernos este año en condiciones de seguridad.