«la sabiduría se escondía
en el riachuelo
fuera de manuales y poemas»
Fuego la sed – María Sánchez
La sabiduría y la experiencia se esconden en los rincones menos pensados. Lejos de páginas hay algo oculto que se escapa de ser apresado y retenido. Tratar de atraparlo parece ser meta de toda una vida, algo digno a lo que aspirar.
Cuando me enfrento a la página en blanco, a mis propios demonios y deseos, a la rutina diaria de sentarme a escribir, no lo hago solo por hacer. No busco tachar un día con cualquier cosa insustancial. A veces es solo liberar la mente de cosas que me pesan y lastran. Otras veces es dejar que mano y mente fluyan, que me lleven tan lejos como sea posible. A veces es justo al lado y otras he podido avanzar un poco más en mi propio entendimiento o en el entendimiento de mis textos. Todo me resulta válido y gracias a esto sé que puedo considerarme afortunada por continuar con esto de la escritura.
Otras veces no existe avance y son cuatro puñados de palabras por rellenar. No me felicito por ello, no lo veo un logro, pero sí que me alegro de no abandonar a pesar de que a veces las circunstancias no son las mejores posibles. De eso sí que me siento orgullosa, de no abandonar.
Y pienso mucho sobre esto porque me doy cuenta que no he tenido que monitorizar nada, no he tenido que contar palabras ni anotar nada para ver que todos los días sin falta algo he escrito. Que la fuerza de la costumbre ha conseguido todo eso. Que tras casi seiscientos días seguidos, a pesar del parón evidente por maternidad, he seguido como si no hubiese parado nada.
Y eso también significa una cosa, ahora que lo pienso: que desde que vivimos en esta casa la única pausa que he hecho en mi escritura ha sido por maternidad. Nada más. El resto del tiempo he seguido escribiendo. No he parado de hacerlo.
Qué bien sienta pensar en todo lo que he hecho en estas fechas.
Siento que en los últimos años (quizás más desde la pandemia) he tenido un entendimiento brutal de quién soy y qué quiero escribir, qué quiero hacer con mi vida (de ahí que mi meta sea estudiar) y gracias a eso escribir ahora es más sencillo y cotidiano. He entendido hacia dónde orientar mi escritura y me sale solo. Surge siempre en esa dirección.