Vuelvo al punto de inicio.
Vuelvo a notar que bajo la piel de los dedos hay un latido.
Isabel Garrido – enfermera y escritora
Lo natural es aprovechar el buen tiempo reinante de estos últimos días y escribir al aire libre en el balcón, con los árboles de fondo, el sol dándole a las macetas y los sonidos que el momento tenga a bien traerme. Porque, por suerte, me da igual el ruido de fondo mientras no sean obras.
Cerrar un cuaderno que se acaba no es solo que un puñado de páginas estén rellenas, es a veces también cerrar etapas. Así se comienzan las siguientes con mayor ganas y una orientación más clara.
La pausa se hizo realidad. Desde el punto y final solo me pregunto si no fue un momento abrupto cuando lo hice, si no debería haber estado escribiendo un poco más, tratando de captar aún más lo extraño de estos días. Pero a saber cuándo se acabará esta pandemia. Lo único seguro es la tranquilidad de cuando terminé, de cuando supe seguro que ya no quedaba más por decir.