Elegir entre 6 proyectos de escritura

Un par de días de hospital y la perspectiva de todo se arregla. Un par de días y seguro que veo las costuras a todo, suspiro por algún proyecto, decido que al final es otro.

Si me paro a pensarlo todos van a precisar una mochila de corriente de pensamiento profundo, un montón de lecturas y tiempo. Bastante tiempo. Además, todo es muy abstracto ahora mismo. Supongo que, más que «elegir» uno ahora mismo, lo que me interesa más es ir nutriéndome para ir decidiendo.

Inconscientemente, en mi último paseo fui anotando cosas. Más riqueza visual para Ll. Búsqueda bibliográfica en la librería Ramón Llull (algo de poesía, la vida de cierta escritora, y estuve buscando algo de haikus pero no encontré nada interesante). Todo tiene el mismo peso ahora y todo me atrae. No hay nada que prevalezca sobre el resto.

Durante todo este tiempo de mi vida como escritora he tenido ideas, muchas. Más de una y de dos no han llegado más allá de cuatro notas sueltas en cuadernos. Otras tantas he intentado escribirlas y he fracasado en el intento. Otras han corrido mejor suerte y han salido adelante. Alguna, incluso, la he llegado a publicar.

Gracias a toda esa fuente, cuando he terminado de escribir algún proyecto , poco tiempo después he seguido con el siguiente de mi larga lista. Siempre he tenido muy claro con qué seguiría el hilo de escritura, qué iría después… hasta ahora.

Tengo seis ideas para seis proyectos. Todas en el mismo estado de desarrollo: poco. Seis proyectos que hasta hace nada solo eran cuatro, pero he terminado por darle crédito a lo que he encontrado en la revisión de cuadernos que hice en agosto y he puesto nombres y separado ideas. Todos diferentes, todos producto de mis distintos intereses.

¿Cuál escribir? Es la pregunta que me lleva rondando semanas en las páginas del cuaderno.

A ratos me decanto por L., que fue un antiguo proyecto allá por 2017, pero de la idea original a lo que quiero escribir ahora no se parece nada. Casi como pasó en su día con Proyecto CV.

Luego pienso en que al menos ese experimento estuvo bien y toca pasar página y viene a mí Ll. Encuentro imágenes que me llaman, visualmente es atractivo para mí. Quizás debería rescatar las notas que tenga al respecto. Todo es muy difuso ahora mismo.

Entonces me planteo que por qué no seguir el hilo de D. y empezar a leer y a recopilar bibliografía. Cada vez que lo pienso me vienen dos imágenes muy concretas a la mente y me dan ganas de seguir, pero ahí se queda la cosa. No sé hacia dónde orientar esto y puede ser tan inabarcable como quiera.

¿Y si me decanto por algo más concreto y pruebo con H.? Por más concreto que sea también implica una lectura profunda y un estudio, un tema que me apetece y no a la vez. Siento con esto en concreto que necesito crecer un poco más como escritora para hacerlo.

Me sucede lo mismo con I.: la obra sobre la que quiero construir es enorme y solo he sido capaz de escarbar la superficie. Quizás más adelante.

Y quedaría H., que es la más recién nacida de mis ideas, la más temblorosa. Como me pasa con todas, sé que quiero leer mucho para poder desarrollarla. Esta va a requerir un trabajo artesano de orfebrería que voy a disfrutar, y mucho.

No me decido, no lo consigo. Algunas pesan más según el día. Todas me llaman, todas me interesan y todas despiertan en mí el ansia de escribir y crear, aunque algunas de esas ideas parece que destacan más que otras. Meditando, pensando y viendo las lecturas y capas que precisa cada uno de ellos he ido descartando un poco de alguna manera y tengo más o menos claro que la escritura irá entre dos opciones, Ll. o H.

¿Cuál será la opción por la que acabaré decantándome? El tiempo y las lecturas lo irán decidiendo.