Pasar página y dejar espacio a lo nuevo. Ser consciente, un día más, que ya está todo escrito, que me he vaciado, que lo he hecho lo mejor posible. Y ahora solo queda el poso al fondo.
Le doy vueltas a ese poso porque parece que ahora, en este momento, es todo lo que me queda.
En este mundo capitalista salvaje en que vivimos parece que si no se está continuamente produciendo, continuamente escribiendo, no eres escritora. Que esto es terminar con un libro e, inmediatamente, sin pausas, pasar al siguiente. Sin momentos de reflexión. Sin dejar oxígeno a la mente. Porque parece que la rueda es imposible que avance si no es un libro tras otro, sin parar.
Y lo siento mucho, pero yo no funciono así. Necesito mi tiempo. Necesito estar en ese poso, en lo que queda, en lo que he dejado atrás, coger aire y volver a llenarme poco a poco antes de continuar.
Nunca me he considerado una escritora rápida. Por más que sepa que tecleo a bastante velocidad cuando me lo propongo, por más que haya hecho varios retos de escritura en noviembre y los haya terminado con más de cincuenta mil palabras en mi haber. Para llegar a esos momentos he necesitado de trabajo previo y eso es lo que me toca ahora.
Aún no me he decidido por cuál será mi próximo proyecto de escritura, de entre todos los que tengo en mente. Todos me llaman, a su manera, ninguno destaca por encima del resto. Ninguno siento que sea el que me impulse a seguir avanzando con él en los próximos meses. Tengo fe en mi intuición, que sabe ya más que de sobra cuando tengo de verdad algo entre manos que merece la pena.
Ahora lo que me propongo es disfrutar del verano leyendo, anotando ideas, observando. Llenándome de lo más variado que encuentre. Y ya en otoño se verá. O no. No quiero presionarme a elegir ahora.
Mientras tanto, a seguir observando ese poso que ha quedado después del último proyecto de escritura. Es en estos momentos de pausa entre proyectos cuando más interesante es escribir y pensar a mano. Surgen ideas muy interesantes en todas direcciones.
Tengo ganas de creatividad veraniega, sinceramente.
PD: Ya son nueve años publicando por aquí. ¡Nueve años! Y pensar que el año pasado, para celebrar el cumpleblog, inauguré mi Substack Palabras que cuidan a modo de boletín semanal… A día de hoy me alegro muchísimo de haberlo hecho, sé que con eso llegan mis entradas mucho más lejos y estoy teniendo una ratio de lecturas muy interesante. Gracias a todos por las suscripciones.