A día quince del mes de noviembre es cuando el NaNo empieza a abrumar un poco más que en días anteriores. Mediados de mes y mitad del reto, es cuando te planteas si seguir o rendirte. Yo elijo continuar hasta el final, a pesar de todo.
NaNoWriMo 2017: cuando te planteas si abandonas o no
A estas alturas del campeonato tocaría llevar veinticinco mil palabras o ir rozando esa cifra. Y en mi caso aún no he llegado a las diez mil y creo que si llego a las veinte mil será casi un milagro, viendo el ritmo que me estoy gastando últimamente.
Por eso, por el día del mes que es, es un momento un poco delicado y clave, donde te planteas si realmente no ha sido buena idea apuntarse al reto si no podías con él, si tendrías que haberlo dejado para otro año. Incluso te planteas abandonar la historia definitivamente porque, de pronto, ya no te parece tan buena como antes, ni tan interesante. Ni siquiera te llena porque, aunque has seguido escribiéndola y te salen las palabras a chorro cuando te pones, lo mismo no está tan bien planteada como pensabas y tendrías que haberla trabajado más.
No digamos ya cuando te fustigas, como me pasa a veces, porque, oye, tendrías que haberte dedicado a escribir en el ordenador, que lo haces mucho más rápido que a mano y te sacas las palabras que quieres en tiempo récord.
No hay nada como el autosabotaje cuando vas por debajo de la meta que te hayas impuesto. Salta, automáticamente, y te golpea aún más de lo que ya lo hace el hecho en sí de ir por detrás de lo esperado. Aunque, también tengo que añadir, el autosabotaje también se presenta con el mismo tipo de dudas sobre la historia que estás escribiendo incluso cuando vas por encima del número de palabras diarias y estás a punto de conseguir llegar a la meta. No es tan fustigante como cuando vas mal, pero puede conseguir bloquear y atascar al más pintado.
Algunos llaman a esto como la crisis de mediados de mes porque es lo más común que ocurra a mitad del NaNo.
En mi caso, y tras unos días sin escribir desde el fin de semana (el sábado con quedada para escribir incluída junto a Adri, un clásico ya), sigo sin perder las ganas aunque el cansancio entre turnos se acumule y agote poco a poco. Me deja sin fuerzas algunos días, así que acumulo días en blanco, pero siempre que puedo saco un rato, por pequeño que sea, para escribir un poco más en el cuaderno que estoy empleando para el reto. Lo mismo doscientas, quinientas o setecientas palabras no son nada, no me van a hacer «llegar a la meta» de las cincuenta mil, pero sí van a conseguir una cosa: que siga luchando por lo que quiero conseguir, por escribir esa historia, y además me hará sentirme bien por no haberlo dejado a pesar de los inconvenientes.
Porque esa es una de las claves más importantes para superar las dudas de mediados de mes y despejar la incógnita sobre si abandonar o no: disfrutar y seguir adelante para superar el obstáculo y averiguar qué más puede ofrecer tu historia. Ya habrá tiempo a partir de diciembre para revisar, corregir y reescribir lo conflictivo, incluso borrar si es necesario.
Mientras tanto, sigamos todos escribiendo mucho. Y leed este artículo de Yolanda Mesa sobre el tema, que os interesará mucho.
Este año está siendo, sin duda, mi mejor NaNo. Voy por encima de las palabras diarias y anoche pasé las 25 mil, pero me siento muy identificada con lo que dices del autosabotaje. La semana pasada tuve dos días en blanco. Estaba completamente bloqueada. No sabía cómo seguir. Y esa crisis todavía persiste en el fondo por, precisamente, lo que comentas de que ya no parece tan buena historia, no está bien estructurada y todo eso. Pero justo he pensando lo mismo que tú: ya habrá tiempo para corregir, revisar y cambiar lo que haga falta a partir de diciembre.
Aunque no vayas a conseguir las 50 mil palabras, lo importante es seguir avanzando, no dejarlo y luchar por lo que quieres. Llega un momento en el que las palabras dan igual, solo importa contar lo que querías contar.
Me alegro muchísimo de que tengas tan avanzado el contador. ¡Ánimo, que ya queda nada y lo vas a conseguir!
Hay que plantar cara al autosabotaje de todas las formas posibles y seguir escribiendo, no queda otra. A por ello, que el NaNo es de los valientes que no se rindieron.
Besos.