Y cuando todavía no hace ni un año que una imagen apareciese ante mis ojos, un embrión de idea pidiendo ser escrita; cuando no han pasado ni doce meses, ha crecido un libro entero. Ahora mismo es un borrador terminado a la espera de una buena corrección.
Nostalgia no es su nombre real. Fue un nombre provisional que le di cuando todavía no sabía qué era lo que tenía en mente, qué crecería de ahí. Su nombre real no tardó demasiado en venir a mí y creo que es perfecto tal y como es, condensa perfectamente qué es esto y qué he escrito. Pero tampoco negaré que al ver el primer borrador terminado, con su nombre provisional, no piense que quizás también tiene algo de eso dentro. O mucho, quizás.
Tener entre mis manos la versión impresa y encuadernada por mí de mis letras, de un proyecto que ha crecido en los peores momentos, es impagable.
Ha sido enorme. Escribir esto en las circunstancias que nos rodean ha servido de liberación y de catarsis, así como de desahogo. Poner por escrito tantas cosas que nacieron desde marzo ha sido liberador.
La imagen de la que partía era fuerte, poderosa, algo muy interesante para mí, pero conseguir plasmar todo lo que he plasmado creo que ha mejorado mucho el punto de partida. Ha significado enriquecerlo y adornarlo de unos matices que jamás hubiese supuesto. Y lloré, lloré con muchas partes y, especialmente, con el último poema que escribí.
Queda bastante corrección por delante. Como todo buen borrador, especialmente porque lo empecé a escribir en plena fiebre del NaNo, hay partes que necesitan una reestructuración urgente. Otras partes lo que necesitan es una reescritura para mejorar su entendimiento. Y otras más funcionan bien como están, aunque siempre se pueden perfilar un poquito más, por supuesto.
Pero eso ya es un camino distinto, una forma de trabajar diferente. Y me alegro que la forma de romper un silencio de años sin terminar un proyecto literario (desde Lettere en 2017), años en los que lo más que he hecho es intentar escribir sin poder conseguir nada en concreto, hayan terminado con esta escritura tan necesaria, con este borrador de 133 páginas provisionales de poesía.
Ahora solo queda seguir trabajando en él y pelear para que vea la luz y podáis leerlo. Ojalá eso pase pronto.